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Sermón sobre 1 Juan 5:1- 8 ~
"El
que vence al mundo" ~ por John Abels con
todos los derechos reservados.
La semana pasada comenzamos
un estudio sobre estos versos. Es la última división del libro.
Primeramente vimos que Dios es luz; entonces vimos que Dios es amor; y
ahora en capítulo 5 vemos que Dios es vida. La vida de la cual
hablamos es la vida eterna; es el don inefable; es ser nacido de nuevo.
Cuando una persona acepta a Cristo como su Salvador personal llega a
ser un hijo de Dios.
Hemos visto en este libro varias características de un
creyente y estas son evidencias de que es de verdad un hijo de Dios.
Yo no creo que hay otro libro en la Biblia que da más seguridad de la
salvación que la epístola de Juan.
Como un resumen de lo que hemos estudiado veremos: 1. 1 Juan
2:29 LEE El hijo de Dios pondrá en práctica la vida de justicia. A
veces, quizá, fracasamos, pero por lo general un Cristiano hace
justicia - sus obras concuerdan con sus palabras.
2. 1 Juan 3:9 LEE El hijo de Dios no sigue cometiendo el
mismo pecado vez tras vez tras vez. No vivirá en el pecado. Su deleite
no estará en ello. Su modo de vivir - su comportamiento - será
diferente al de un pecador que vive en el mundo.
3. 1 Juan 4:7 LEE El hijo de Dios amará a los demás hermanos.
Es otra prueba o evidencia de que somos cristianos.
4. 1 Juan 5:4 LEE El hijo de Dios vencerá al mundo.
5. 1 Juan 5:18 LEE El hijo de Dios se guarda del maligno.
Dos de estas evidencias se encuentran en el capítulo 5. Las
estudiaremos más a fondo cuando llegamos allí. Juan sigue dando
énfasis a estas pruebas de la fe verdadera - el amor, la obediencia, y
la verdad. Estas tres más que cualquier otra, muestran la veracidad de
un cristiano.
1 Juan 5:2 LEE ¿Qué significa Juan aquí cuando dice "sus
mandamientos"? Yo no creo que se refiere a los del Antiguo Testamento,
sino a los que nos dejó el Señor Jesucristo cuando andaba aquí y los
que vemos escritos por los autores del Nuevo Testamento. Por ejemplo,
en 1 Tesalonicenses 5 encontramos muchos mandamientos, tales como: "estad
siempre gozosos", "orar sin cesar", "dad gracias en todo", "no
apaguéis el Espíritu", "examinad todo", "retened lo bueno", "apartaos
de toda especie de mal." 1 Tesalonicenses 5:16-22 Esos son algunos
mandamientos para el creyente hoy en día y debe ser nuestro anhelo
cumplirlos.
1 Juan 5:3 LEE Sus mandamientos no son penosos; o mejor, no
son pesados. Quiere decir que no imponen un cargo en el creyente
cuando los cumple. Juan dice que es el anhelo del creyente cumplir. Es
su deseo de ponerlos en práctica; no es difícil cumplir y hacer Su
voluntad. "Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y
no son pesados." El punto es que no imponen un cargo porque los
guardamos por amor. En Juan 13:35 dijo Jesús, "En esto sabrán todos
que son mis discípulos, si tienen amor los unos con los otros." Si
aman al Señor Jesucristo, si aman al Padre, amarán también a los
hermanos. Sabrán que están cumpliendo sus mandamientos y no serán
pesados de llevar. Cristo dijo en Mateo 11:30, "porque mi yugo es
fácil, y ligera mi carga." Pero si no tienen verdadero amor, claro que
sería difícil guardar sus mandamientos y serán pesados. Por eso es
difícil para muchos estudiar la Biblia, orar, asistir a los servicios
y testificar, porque el amor de Dios no emana por medio de ellos - no
demuestran el amor de Dios.
1 Juan 5:4 LEE ¿Qué es lo que vence al mundo? Es nuestra fe.
Por la fe somos salvos y por la fe vencemos al mundo. Andamos por fe.
Sería imposible vencer al mundo sin tener fe en las promesas de Dios.
Dijo Jesús, "Yo estaré con ustedes para siempre. Hay que tener fe en
esa promesa aun en las tribulaciones - que sean tristezas,
enfermedades, falta de dinero, cuando alguien nos mal entiende. ¡El
está con nosotros! ¡El nos dará la victoria!
Es cierto que tenemos un enemigo y Juan habló de aquello en
1 Juan 2:15 cuando nos dijo, "No amen al mundo ni las cosas que están
en el mundo." Hay en el mundo lo que vienen de la carne y lo que viene
de Satanás. Como creyentes tenemos que vivir aquí en el mundo pero no
tenemos que participar con el. "Más grande es El que está dentro de
nosotros que el (Satanás) que está en el mundo."
Por fe tomamos la promesa y sabemos que cuando la tentación
venga - allí estará el Espíritu Santo redarguiéndonos y ayudándonos a
vencer, "porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo". Si
eres hijo de Dios, vencerás al mundo. ¿Y como vas a ganar la victoria?
"Y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe." No por
nuestros propios esfuerzos sino por fe en sus promesas.
Somos salvos por la fe, y vamos a tener la victoria sobre el
mundo, la carne y Satanás por la fe. Venceremos por la fe en sus
promesas. Hay que estudiar la Biblia para descubrir las promesas de
Dios, tener fe en ellas, y la victoria es asegurada - es nuestra.
1 Juan 5:5 LEE Cuando de veras confías en Cristo, entonces
no es cuestión de tu poder sino del poder de Dios. Tenemos fe en
Cristo para nuestra salvación en el futuro. "Somos preservados por
medio del poder del Espíritu Santo." También tenemos fe para que El
nos guarde del mundo y del maligno durante nuestra vida terrenal.
Hermanos, solamente un hermano puede tener esta victoria
sobre la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos,
y la vanagloria de la vida. Así dice este texto; por eso no vamos a
juzgar a los no creyentes porque en realidad nada más hacen las obras
de su padre Satanás. Pero nosotros, los que conocemos a Cristo en lo
íntimo, debemos andar siempre en victoria porque nuestro Padre - Dios
- es todo poderoso y su promesa es para con nosotros. Ten por seguro
que si cumplimos con nuestra parte el también cumplirá de su parte -
El hará lo suyo.
1 Juan 5:6 LEE Quizá se acuerdan que cuando Cristo murió en
la cruz no le quebraron los huesos, lo cual cumplió profecía. Era
costumbre para apurar la muerte, quebrar las piernas de los que
crucificaron, pero Juan dice en Juan 19:33-35 LEE Juan estaba presente
en la crucifixión del Señor y el notó este detalle que cuando le
metieron la lanza en su costado, salió sangre y agua.
Aquí en su epístola Juan hace mención de ese evento y da una
explicación. Escribió, "El que vino de agua." ¿De que habla el agua?
Habla de la Palabra de Dios. Cristo le dijo a Nicodemo en Juan 3:5,
"El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios." El agua es la Palabra de Dios aplicada por el Espíritu
Santo. "El que vino por agua", la Biblia, que el Espíritu de Dios usa;
y la sangre se refiere a la muerte de Cristo. "Este es Jesucristo; no
por agua solamente, sino por agua y sangre." "Y el Espíritu es el que
da testimonio: porque el Espíritu es la verdad." V. 6
Nadie puede testificar efectivamente sin el Espíritu Santo.
Por eso es esencial que el obre en los corazones y vidas de las
personas. Cristo murió por el pecado y pagó el precio que el pecado
demandó pero solamente el Espíritu Santo puede hacer viva la muerte y
la resurrección de Cristo en nosotros.
1 Juan 5:7 LEE Hay tres testigos en la gloria - El Padre, El
Hijo, y El Espíritu Santo - y es cierto que los tres son uno. Pero
para nuestro estudio el v.8 es más importante, porque aquí vemos tres
testigos en la tierra y ellos sí tienen que ver con nosotros ahora.
V.8 LEE ¿En que cosa concuerdan estos tres? Ellos concuerdan en el
propósito de presentar a Jesús como Salvador del mundo, el cual murió
en el Calvario, y pagó la deuda o la culpabilidad del pecado.
"Los tres dan testimonio en la tierra," y están aquí ahora.
El Espíritu Santo toma la Palabra de Dios y la aplica al corazón. Su
testimonio es que llegamos a una fe salvadora - a un conocimiento del
Señor Jesucristo que nos salvará. ¿Y cómo podemos llegar a este
conocimiento? Por medio del "agua" o sea la Palabra de Dios. Nos
enseña que es la sangre de Cristo que nos limpia de todo pecado y nos
libera de su poder.
1 Pedro 1:23 LEE Es la Palabra de Dios - la Biblia que Dios
nos ha dejado - que nos muestra el camino hacia Dios. Es por medio de
ella que encontramos la vida eterna porque nos presenta a Cristo, el
cual derramó su sangre por nuestros pecados, murió para pagar la
culpabilidad del pecado y se resucitó para nuestra justificación. No
solamente nos salva, sino que la Palabra de Dios nos guarda
diariamente del maligno.
Gracias a Dios, que para nuestra salvación son dados tres
testigos. Primero el Espíritu Santo que usa enseguida el agua que es
la Palabra de Dios para terminar aplicando la sangre de Cristo a
nuestros corazones para darnos la salvación. Los tres testigos
concuerdan en un propósito - el de salvarnos y guardarnos del pecado.
¡Que confianza tenemos en la obra redentora de Cristo, pero hay de
nosotros si ignoramos tan gran testimonio. |
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