El Patrimonio Encomendado |
||||||||
|
|
2. El Patrimonio Encomendado El patrimonbio encomendado por el Reverendo Gilberto Abels Ame su ministerio: Dios le ha llamado al ministerio y por esa razón usted ha pedido su ordenación - para poder servir a Dios más efectivamente. A través de su ministerio futuro, acuérdese siempre de su deseo de servir a Dios. Eso es el motivo más puro y noble que le puede sostener en los tiempos difíciles y usted debe guardar ese recuerdo como la medida de su ministerio. Ame el ministerio que Dios le ha encomendado. Dios le puede llevar por caminos y experiencias no previstas ni imaginadas. Servimos un día a la vez, muchas veces sin entender los propósitos de Dios, ni entender el impacto que tenemos en las vidas de otros. Pero llegará el día en que podremos ver hacia atrás y ver que sí hemos logrado algo de valor. Tome orgullo en sus logros, porque fueron bendecidos por Dios. Ame su ministerio, porque Dios está en ello. Dios en su infinita sabiduría sabe porque le ha llamado al ministerio. Quizá usted no puede entender la razón, pero Dios le escogió antes de que naciera. Quizá su vida ha sido difícil, y usted ha sido víctima de abusos y maltratos. Quizá usted ha sufrido el rechazo y desdén de otros. Quizá usted ha tenido que sufrir necesidades. En todo Dios no se olvidó de usted, y le ha amado, y ahora le ha llamado a ser un príncipe en su reino, un ministro del evangelio, su representante en la tierra. Ame su ministerio, el patrimonio que Dios le ha legado. Si Dios le ama y le valoriza tanto, usted mismo se debe de querer y cuidarse. Ámese a si mismo para que cuando usted cumpla el mandato "de amar a tu prójimo como a ti mismo", realmente tendrá sentimientos valiosos que dar. No importa si en su pasado hubo derrotas, errores o pecado. Dios le ha perdonado y ahora le ha apartado para su servicio. Ame su ministerio porque es señal de que Dios le ha santificado. Cómo hacer creíble su ministerio: Dios cree en usted y en su ministerio, pero es necesario poder enfrentar al mundo efectivamente de una forma creíble. Con ese fin su iglesia le ha otorgado el "Certificado de Ordenación" o una licencia ministerial. Son distinciones humanas, pero Dios las puede usar para respaldar su ministerio ante la gente. Lo que usted puede hacer para hacer creíble su ministerio es estudiar la Biblia. Si usted habla de Dios es necesario que conozca íntimamente su Palabra. Hay que meditar en ella a diario para conocer al Maestro y poder compartir su mensaje a este mundo necesitado. Guarde la Palabra en su corazón para no pecar contra Dios. No deje de educarse utilizando los materiales que la iglesia ha preparado para sus ministros. También es menester formar una biblioteca profesional de literatura cristiana que incluya comentarios bíblicos y libros de teología. Cómo empezar su ministerio: Antes de empezar su ministerio tome el tiempo de leer las seis guías de "Como empezar un ministerio de..." que se encuetran en este manual. Ofrecen consejo práctico y le pueden abrir la mente a nuevas posibilidades de ministrar en su pueblo. Al leer los artículos, considere sus habilidades naturales, sus talentos desarrollados, su educación y experiencia de vida, y los dones que Dios le ha concedido. Esté atento al Espíritu de Dios en cuanto al primer ministerio que quiere que usted desempeñe. A través de su ministerio usted posiblemente va a servir a Dios en muchas maneras. Por eso estudie a todos los manuales y ponga en práctica lo aprendido. Acepte la crítica con gracia: Quisiéramos que todo el mudo respetara al ministro de Dios, pero igual como la gente rechazó el mensaje de Cristo, y aún al Salvador mismo, llegará el día que usted sentirá el reproche del mundo. Lo más cortante es cuando los mismos familiares no entienden lo que uno quiere hacer y no apoyan sus esfuerzos. En esos momentos, acúerdese que usted fue llamado a servir a Dios y no a los familiares. Póngase a trabajar; póngase a ministrar, y no deje que nadie le detenga ni le desanime. Con el tiempo verán las vidas tocadas y transformadas bajo su ministerio y eso acabará con las dudas. Infortunadamente, la crítica puede venir de parte de otros ministros que no comparten la visión de la iglesia.. A un siervo de Dios en comunión con el Padre Celestial, le daría gusto ver su ánimo para servir a Dios y quisiera compartir con usted sus experiencias. En el ministerio júntese con personas positivas, que sirven a Dios gozosamente. Pero sea maduro y comprenda que siempre habrá personas que no van a querer juntarse con usted por la simple razón de que no están en la misma comunión religiosa. Algún día la iglesia entera tendrá que rendir cuentas a Dios por sus muchas divisiones. Usted siempre sea positivo y cooperativo con otros en el ministerio. Servimos al mismo Dios y su Reino. Si usted es criticado por no tener una educación teológica formal, usted puede explicar que está estudiando a distancia por el internet. Si no están conformes con sus certificados y diplomas, pues simplemente no se puede complacer a todo mundo. Pero acuérdese que los certificados y diplomas son del hombre - lo que importa es como usamos estos instrumentos para dar a conocer al evangelio. Dios conoce su sinceridad. Es a Dios a quien tenemos que rendir cuentas por nuestro ministerio. Los que nos aman entenderán nuestro deseo de servir a Dios. La vida es demasiado corta para perder el tiempo oyendo la crítica de la gente. Manos a la obra.. Si hemos de ser criticados, que sea por los inconversos de este mundo. Que seamos criticados por hacer el bien, y no el mal. Que seamos criticados por seguir a Cristo. Me acuerdo de un relato tomado de "Don Quijote de la Mancha" cuando él había sufrido mucha crítica en un pueblo. Por la noche se retiraron del pueblo él y su ayudante. Sancho Panza le dice, "Señor, hasta los perros nos están ladrando." A lo cual contesta Don Quijote, "Es bueno, porque es señal de que cabalgamos." En inglés hay un dicho mucho más rudo. Dice, "Los perros pueden ladrar, pero el tren sigue su camino." Tome la crítica como señal de que su ministerio es efectivo, sabiendo que usted marcha en el poder de Dios. Nada le puede detener. Por eso, ame a su ministerio porque es poderoso y puede ser la salvación de mucha gente. El artículo citado arriba es una seleccion tomada del libro titulado "Anhelando Obispado" escrito por el Rvdo. Gilberto Abels. |
|
||||||