La Ordenación y Ética |
||||||||
|
|
1. La Ordenación y Ética La ordenación y ética por el Reverendo Gilberto Abels Ser ordenado es una decisión que puede transformar su vida dándole satisfacción personal y una misión para cumplir delante de Dios. Es un compromiso de predicar el evangelio y ministrar a la humanidad en el nombre de la Iglesia de Cristo. Ser ordenado le autoriza para dirigir cultos religiosos, oficiar las ceremonias de la religión cristiana incluyendo bodas (legales en los EEUU y muchos otros países) y funerales, y de celebrar las ordenanzas de la iglesia como el bautismo y la Santa Cena. En fin, usted podrá hacer crecer su ministerio cristiano como Dios le dirija. Ser ordenado le permite usar un título formal delante de su nombre como Reverendo ( Rvdo.). Usted será merecedor del respeto y consideración que se acostumbra dar a ministros de organizaciones religiosas. Ordenación por un proceso ordenado: La ordenación se hace de una forma responsable y por un proceso planeado. En seguida enumeramos los requisitos mínimos que necesita cumplir la persona, según las reglas y disciplina de la iglesia, para ser considerado para la ordenación y ser seleccionado o elegido como ministro del evangelio. Ordenación: El principio y no el final La ordenación marca solo el principio de un proceso de educación, entrenamiento y discipulado en la teología pastoral para preparar al individuo a 1) conducir cultos religiosos, 2) celebrar las funciones sacerdotales/pastorales, y 3) administrar las ordenanzas de acuerdo a las prácticas y creencias de la iglesia. Para ser considerado para la ordenación: 1. El candidato tiene que dar un testimonio comprensible y convincente de su conversión a Cristo. Esta explicación tiene que delinear una progresión desde el estado "perdido en pecado", a una condición de "salvo por gracia" mediante la fe en Jesucristo. Se tiene que identificar un momento de convicción, arrepentimiento y decisión, y dar evidencia de una vida nueva en Cristo. 2. El candidato tiene que dar un testimonio comprensible y convincente de su llamamiento al ministerio. Esta explicación tiene que hacer referencia de haber recibido dirección del Espíritu Santo y ser apoyada por experiencias de vida confirmando el llamamiento al ministerio. El candidato tiene que demostrar un compromiso serio y una consideración pensante de la responsabilidad requerida para cumplir con el ministerio. 3. El candidato tiene que dar una explicación coherente e informada sobre el ministerio a que Dios le ha llamado. El llamamiento tiene que ser a uno de los ministerios que la iglesia o denominación puede apoyar en principio y práctica. Ministerios comunes son el de pastor, consejero cristiano, educador cristiano, evangelista, misionero, capellán o músico. 4. El candidato tiene que haber recibido una preparación y tener experiencia en la obra, saber como predicar, oficiar en eventos especiales y celebrar las ordenanzas de la iglesia. También tiene que tener una disposición para seguir educándose para el ministerio, estudiando la Palabra de Dios y valiosa literatura cristiana que realmente le puede preparar en todos los aspectos del ministerio. Discipulado pastoral después de la ordenación: La iglesia o denominación comprende que el reclutamiento de hombres y mujeres al ministerio es una gran responsabilidad institucional, y debe hacer todo el esfuerzo necesario para conservar las intenciones nobles de sus candidatos; por lo cual continua discipulando y desarrollando los talentos de cada individuo llamado a servir. Ordenación y ética profesional: La ética profesional dicta que cada miembro del clero reconozca la ordenación de sus compañeros en el ministerio. Es Dios quien hace el llamamiento al ministerio y la iglesia que da la comisión. ¿Quienes somos nosotros para dudar de Dios y de la decisión de una iglesia? Sin embargo, puede que alguien dude de sus credenciales. Tome la crítica con gracia, pues no vivimos en un mundo perfecto. Es una lástima que haya falta de comunicación entre algunas iglesias, y que existen los celos denominacionales y las rivalidades entre el clero. Todo miembro del clero ordenado debe respetar a sus compañeros en el ministerio y tener con ellos un espíritu de cooperación reconociendo que todos servimos al mismo Dios y su reino. Habrá tiempos cuando es necesario demostrar su "carnet" identificándose como miembro del clero ordenado. Tenga su identificación a la mano para entrar a instituciones públicas como hospitales y cárceles. Sin embargo, no se acostumbra presentar sus credenciales cada vez que visite otro ministerio o iglesia. Presentar sus credenciales sin que se lo pidan presenta dos problemas. 1) Parece que está luchando por demostrar que es un clérigo legítimo, y esa actitud pone en duda su derecho ministerial y 2) usted se puede parecer como un neófito porque a nadie le ha de interesar de cual iglesia viene. Todos servimos a Dios y el público no debe dar preferencia a uno sobre otro porque viene de tal iglesia o no. El artículo citado arriba es una seleccion tomada del libro titulado "Anhelando Obispado" escrito por el Rvdo. Gilberto Abels. |
|
||||||