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"Si alguno anhela obispado, buena obra desea." 1 Timoteo 3:1

 
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La Hermenéutica por Gerardo Guevara Reyes

La Hermenéutica es una ciencia que debe ser conocida por todo predicador y por cada cristiano deseoso de ver "las maravillas de tu ley", de acuerdo a las palabras del salmista (Sal 116:18)

El vocablo hermenéutica tiene sus raíces en la palabra griega "hermenevein" que significa interpretar. de allí nace la definición de esta ciencia:

La Hermenéutica es el arte de interpretar los textos.

Es bueno destacar que todos los textos deben ser interpretados y por lo tanto cada uno de ellos tiene su propia hermenéutica. La Constitución de un país debe ser interpretada de una determinada manera y de allí la necesidad de las conocidas leyes interpretativas. Lo mismo sucede con un libro de cocina - es necesario interpretar su contenido de una forma distinta a otras clases de literaturas.

La Biblia es un libro muy especial, como veremos más abajo en la lección. Por eso también la Palabra de Dios necesita del arte de interpretar los textos - en este caso de la Hermenéutica Bíblica.

Veamos tres razones que hacen de La Biblia un libro diferente y que por lo tanto también nos lleva a afirmar la necesidad de conocer los principios de la hermenéutica para poder entender el mensaje bíblico más eficientemente.

En primer lugar, hay pasajes de Las Escrituras sumamente difíciles. El propio apóstol Pedro admite esta verdad en su segunda epístola cuando declara que hay textos "... difíciles de entender" (2 Ped 3:16)

En segundo lugar, La Biblia fue escrita durante un período de más de 1.600 años contando desde Moisés (¿Job?) hasta el apóstol Juan. Durante ese tiempo nos encontramos con escritores que tenían profesiones muy diferentes unas es de otras. Algunos eran reyes, otros militares. Los había pescadores; Lucas era médico y así sucesivamente. Cada uno de ellos utiliza expresiones propias de su vida cotidiana y del ambiente en el que se movía.

Además, los 66 libros canónicos incluyen diferentes tipos de escritos. Allí encontramos, por ejemplo, epístolas o cartas, pero también hay relatos históricos, poesía, escritos proféticos, biografías, etc. En resumen: nos enfrentamos a lugares, tiempos y situaciones muy distintas dentro de un mismo libro, lo cual nos exige una interpretación de lo que leemos.

En tercer lugar, el lenguaje utilizado por los escritores es muy diferente al que nosotros utilizamos día a día. Para muchos "enemigos" de La Biblia, justamente este aspecto es un argumento firme para refutar que Las Escrituras sean La Palabra de Dios. Ellos se preguntan: ¿por qué razón utilizaría Dios un lenguaje tan complicado si su intención era la de comunicarse con el ser humano?

Es cierto que el lenguaje bíblico es sumamente rico en figuras, en expresiones simbólicas, en ideas e imágenes, que en muchos casos hacen de nuestra lectura todo un trabajo. Pero es bueno recordar además, que este lenguaje tan especial se ha adaptado fácilmente a las distintas culturas a lo largo de la historia de la humanidad, haciendo posible así la comprensión de La Palabra de Dios para todo aquel que la lee con un corazón sincero.

De ahí que el lenguaje utilizado por los escritores bíblicos, más que un argumento en contra, es un argumento a favor de La Palabra de Dios, que demuestra la gran sabiduría de un Dios que todo lo sabe y que realmente siempre ha tenido el deseo de comunicarse con la corona de su creación - el ser humano.

Como acabamos de ver, La Biblia es un libro muy especial. No se trata de simple literatura (como muchos profesores en la materia pretenden hacerle creer a sus estudiantes). la Biblia es un libro que ofrece verdades espirituales; verdades que tienen valor para nuestra vida terrenal como así también para toda la eternidad.

Por eso, para poder obtener el mayor provecho posible del estudio de éste libro único, es imprescindible que el lector tenga siempre presente en su estudio cinco características básicas.

1. SER RESPETUOSO

La Biblia es la revelación del Omnipotente; es el milagro permanente de la soberana gracia de Dios; es el código divino pro el cual seremos juzgados en el día supremo; es el testamento sellado con la sangre de Cristo (Lund y Nelson).

El autor de la epístola a los Hebreos nos recuerda que "... La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada de dos filos" (Heb 4:12)

De estas dos citas se desprende la necesidad de ser respetuosos ante un libro cuyo valor jamás podremos entender en su totalidad.

2. SER HUMILDE

El tener prejuicios o el considerarse por demás sabio y entendido nos puede llevar la perspectiva correcta de lo que es La Biblia. No se trata de cosas humanas sino divinas y espirituales.

3. SER AMANTE DE LA VERDAD

Los nobles de Berea (Hech 17) nos dan un ejemplo que aún hoy deberíamos seguir. Para ellos no era suficiente escuchar con respeto al famoso Pablo. Tampoco bastaba con actuar en forma humilde y atender a lo que el apóstol les pretendía enseñar. Para los nobles, lo único que tenía valor era la verdad. Por eso, luego de escuchar, escudriñaban Las Escrituras "... para ver si estas cosas eran así" (Hch 17:11), aunque ello no significa que pusieran en duda la palabra del apóstol. También para nosotros solamente la verdad comprobada debe dejarnos satisfechos.

4. SER PACIENTE

Como ya lo hemos visto, es un hecho que muchos pasajes bíblicos son oscuros, de difícil interpretación. El lograr comprenderlos puede llevar tiempo. Por eso Jesucristo mismo nos invitó a estudiar pacientemente La Biblia para encontrar la verdad acerca de Dios.

5. SER PRUDENTE

Si queremos aprender a nadar, no es aconsejable que nuestra primera clase de instrucción sea saltando desde un barco a las aguas del océano. Por el contrario: comenzaremos en una piscina donde hagamos pié para luego ir creciendo en el desafío.

Algo similar ocurre en nuestro estudio de La Biblia. Debemos comenzar por los textos más sencillos, y a medida que maduramos en nuestro conocimiento, iremos aumentando la dificultad de los pasajes a estudiar.

Aquí es bueno considerar además la ayuda que otros nos pueden brindar, como así también el constante requisito de acercarnos a las páginas bíblicas en oración, buscando en su Autor la guía necesaria para la buena interpretación.

Estamos de acuerdo en que La Biblia es un libro muy especial, entre otras cosas, por que su lenguaje no es el corrientemente utilizado por nosotros. Estamos también de acuerdo en que debemos interpretar esos pasajes difíciles de entender. Pero no podemos tener una interpretación privada.

Entonces, para simplificar en algo el estudio de los mismos, es que la Hermenéutica bíblica nos proporciona una serie de reglas. Si las seguimos tendremos las mejores posibilidades de alcanzar el éxito.

REGLA FUNDAMENTAL:

La Biblia es su propio intérprete

La historia de la humanidad en general, y de la iglesia en particular, está plagada de incidentes y catástrofes cuya causa directa ha sido la interpretación privada, por una persona o por un grupo, de distintos pasajes bíblicos. Los judíos rechazaron a Jesús; la Iglesia Católica y su idea del papado; los nazis y el holocausto del pueblo judío - buscando una raza perfecta - son sólo algunos ejemplos de esas catástrofes.

Por eso a nadie la debería sorprender la necesidad de seguir la regla fundamental de la Hermenéutica bíblica, la cual nos expresa que La Biblia es el mejor intérprete de La Biblia.

De esto se desprende que ninguna doctrina puede llamarse bíblica si no incluye - dentro de sí - todo lo que el Sagrado Libro enseña respecto a un tema en particular. Antes de poder denominarla "una doctrina bíblica", se deben tener presentes todas las enseñanzas, mandatos y prohibiciones que hay en La Palabra de Dios en relación al tema en cuestión.

PRIMERA REGLA - Siempre que sea posible, tomemos las palabras en su sentido más común

Es muy fácil, sobre todo para quienes no tienen las mejores intenciones, darle a los textos bíblicos las más disparatadas interpretaciones. Es suficiente un poco de fantasía para tergiversar la verdad que La Escritura quiere enseñarnos. Por eso la validez de esta primera regla: siempre que nos fuere posible, debemos tomar las palabras por lo que son, sin forzarlas a un contenido que el autor no quiso darles.

Sin embargo es bueno que recordemos que muchos pasajes son oscuros y difíciles de entender. En las páginas bíblicas nos encontramos a menudo con expresiones y modismos propios de los idiomas originales, como así también figuras que pretenden ayudarnos a entender una verdad más profunda, una verdad espiritual. Es necesario interpretar entonces lo que leemos.

Consideremos un ejemplo:

En San Lucas 15:8 Jesús habla acerca de una mujer que perdió una dracma. Allí el Maestro nos relata el accionar de aquella mujer en procura de encontrar lo que había perdido. Si bien el relato es sencillo y pudo ser real, la intención de Jesús era enseñarle a sus oyentes una verdad más profunda.

Aquí la mujer representa al propio Cristo, quien se esmera en sobremanera para encontrar la moneda extraviada, que representa a cada ser humano que aún no ha tenido un encuentro con su Salvador y por lo tanto está perdido.

Resumiendo: siempre que sea posible, debemos tomar las palabras en su sentido más común. Pero eso no significa que siempre sea así - en ocasiones es imprescindible buscar la interpretación de lo que leemos.

SEGUNDA REGLA - Tomemos las palabras en el sentido que indica la frase

Muchas veces, la interpretación de lo que leemos está en la frase donde se incluye la palabra en estudio. Teniendo en cuenta el conjunto de la frase es probable que logremos comprender lo que se nos quiere enseñar.

Veamos un ejemplo.

La palabra FE tiene un significado primario - confianza. Sin embargo, al estudiar Las Escrituras podemos encontrarnos con pasaje donde la misma palabra FE puede significar cosas distintas.

En la carta a los Gálatas, por ejemplo, el apóstol Pablo menciona la palabra (Gál 1:23). Leyendo el conjunto de la frase comprendemos que Pablo aquí no se refiere a la confianza que podamos o no tener, sino la creencia o doctrina que el propio apóstol predicaba.

Por su parte, al escribirle a los romanos, Pablo utiliza la palabra FE pero con el significado de una convicción personal en relación a lo que comían (Rom 14:23)

Por último, el mismo apóstol - hablando en Atenas - usa la misma palabra FE para hablar de la prueba que Dios dió a la humanidad; la prueba que demostraba que Jesús era y es el Salvador y el futuro Juez de toda la creación (Hch 17:31).

Es decir: la misma palabra FE que generalmente recibe el significado de confianza, puede en las páginas bíblicas denotar creencia, convicción o prueba. La interpretación correcta la encontramos al aplicar la segunda regla, teniendo en cuenta el conjunto de la frase.

TERCERA REGLA - Tomemos en cuenta el contexto

En ocasiones no es suficiente que leamos y consideremos la frase. La interpretación que estamos buscando se encuentra fuera de esa frase y por eso se nos hace necesaria esta tercera regla que nos guía a estudiar el contexto.

El contexto no es otra cosa que lo que está antes y lo que está después de la frase en cuestión. O sea, lo que hacemos es ampliar - una vez más - el campo de estudio, siempre en busca de la comprensión adecuada.

Dentro del contexto podemos encontrar palabras o expresiones aclaratorias a lo que estamos estudiando. También es posible encontrar palabras sinónimas (semejantes) o palabras opuestas que nos marquen la interpretación correcta.

Veamos un par de ejemplos:

En su epístola a los efesios, Pablo escribe acerca de un misterio que le fué declarado (Ef 3:3). Al leer el contexto podemos llegar a la conclusión de que dicho misterio muestra la participación que los gentiles (los no judíos) tenían y tienen en los beneficios del Evangelio.

Por otra parte, en Romanos 6:23, el mismo Pablo utiliza palabras opuestas para enseñarnos lo que Dios no da. El apóstol habla de la paga que es la muerte, mientras que la dádiva (el regalo) de Dios es la vida eterna, posible en Jesucristo nuestro Señor.

ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA LA SIGUIENTE ADVERTENCIA: las divisiones en capítulos y versículos que tenemos en nuestras Biblias, no fueron realizadas por los escritores bíblicos. Dichas divisiones surgieron muchos siglos más tarde para facilitar la lectura y el estudio de Las Escrituras.

Por dicha razón, el contexto de un pasaje que estamos estudiando no necesariamente lo vamos a encontrar en el mismo capítulo. A veces ese contexto está en un capítulo anterior o en el siguiente.

Ejemplo de esto es el llamado Capítulo del Amor (1a Cor 13) cuyo contexto incluye todo el capítulo 12 y además el capítulo 14, donde se nos habla de los dones del Espíritu Santo y del hablar en lenguas respectivamente. El resumen de este contexto está al final del capítulo 13: "... el mayor de ellos es el amor".

Además debemos considerar que a menudo se abren paréntesis en el relato bíblico. En medio del tratamiento de un determinado tema, se incluyen comentarios sobre otros asuntos. Dichos comentarios no forman parte del contexto a los efectos de nuestro estudio.

Un ejemplo de esto lo tenemos en Romanos. Los capítulos 9 al 11 son un paréntesis. El contexto del capítulo 12 está en los versículos del capítulo 8.

CUARTA REGLA - Averigüemos por qué y para quién se escribió

Cuando hemos agotado los recursos que nos brindan las reglas antes mencionadas, sin que por ello hayamos alcanzado éxito en nuestro estudio, no debemos desanimarnos. Aún hay más posibilidades de llegar a la interpretación correcta.

Como todo escrito, también los distintos libros canónicos, tenían al escribirse un cometido especial y un destinatario en particular. De ahí la necesidad de encontrar el por qué y el para quién fueron escritos - en primera instancia - los pasajes que estudiamos.

Expliquémoslo con un ejemplo:

La aparente contradicción que existe entre los escritos de Pablo y Santiago, en cuanto a la relación entre la fe y las obras como medio para alcanzar la salvación personal, se explica luego del estudio del cometido y el destinatario de las distintas epístolas.

Pablo escribe a la iglesia en Roma y expresa que "... el hombre es justificado por fe sin las obras ..." (Rom 3:28). Por su parte, Santiago pregunta con total franqueza: "¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" (Stgo 2:14)

Al estudiar la totalidad de ambas cartas, reconocemos que en el caso de Pablo, la enseñanza apunta a la doctrina de la salvación; el camino que cada ser humano debe seguir para solucionar su situación con Dios. De ahí que se es "... justificado por fe".

Mientras tanto, Santiago ataca en su escrito a ciertos elementos que habían introducido desórdenes en la iglesia, pretendiendo enseñar que lo importante no era lo que se hacía o se dejaba de hacer con respecto al prójimo. La cuestión era creer, tener fe. Eso era suficiente. Y la pobreza o necesidad de los demás creyentes no era un asunto primario del cual preocuparse o por el cual sentirse responsable.

Sin embargo Santiago explica con meridiana claridad, que las obras son una consecuencia directa de la fe que se dice tener en Dios y que "... la fe sin obras es muerta" (Stgo 2:26).

Por ende, si no hay obras en favor del prójimo, tampoco puede haber fe. Y si no hay fe, entonces ninguno puede ser salvo. Remata su argumentación escribiendo que "Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras" (Stgo 2:18).

Como alguien lo explicó: "Pablo y Santiago defienden el mismo bastión - la salvación es por fe. Sin embargo lo hacen espalda contra espalda, ya que sus enemigos son distintos y vienen de direcciones opuestas".

Encontrar entonces por qué y para quién fué escrito un pasaje, puede llevar tiempo y necesita de un estudio cuidadoso del libro en cuestión. Es posible que sea necesario leer muchas veces un texto antes de que podamos ver claramente el cometido y el destinatario de un escrito.

QUINTA REGLA - Tomemos en cuenta los textos paralelos

Los pasajes paralelos son aquellos que tratan el mismo episodio o el mismo tema que estamos estudiando. Textos que hacen referencia el uno al otro. Tener en cuenta estos textos paralelos es imprescindible si queremos conseguir conocimientos más exactos en cuanto a una determinada doctrina. Y hay tres tipos distintos de textos paralelos.

Estudiemos esto.

1. Paralelos de palabras

El estudio de una misma palabra en diferentes textos bíblicos nos pueden permitir encontrar la interpretación correcta de lo que estamos estudiando. Una concordancia bíblica es la herramienta más apropiada para dar rápidamente con la ubicación de un paralelo de palabra.

ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA LA SIGUIENTE ADVERTENCIA:

Los paralelos de palabras siempre deben ser buscados en un orden determinado. A saber:

A. Buscar el paralelo en el mismo libro

B. Buscar el paralelo en otros libros del mismo autor

C. Buscar en libros escritos en la misma época

D. Buscar en cualquier libro de La Biblia

La explicación de por qué esto debe ser así es sencilla: muchas palabras varían su significado de acuerdo al autor o de acuerdo a la época en que fuera escrito el pasaje bíblico. Siguiendo el orden mencionado, se evita el riesgo de una interpretación errónea (ejemplo de esto podría ser lo ya visto en cuanto a la palabra obras en las cartas de Pablo y de Santiago).

2. Paralelos de ideas

Muchas veces no alcanza con buscar en paralelo de palabras para aclarar un texto oscuro, sino que debemos buscar narraciones del mismo episodio o en enseñanzas sobre el mismo tema. Aquí estamos entonces ante un paralelo de ideas.

Un ejemplo:

Cuando en el Nuevo Testamento se habla de La Roca, ¿a quién se está refiriendo? ¿Es Cristo? ¿Es el apóstol Pedro? (Mat 16:18)

Al estudiar paralelos de ideas, veremos por un lado que Jesucristo se presenta a sí mismo como la piedra fundamental (Mat 21:42, 44). En otro paralelo, mientras tanto, es el propio Pedro quién escribe: "Acercándonos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa" (1a Ped 2:4). estas palabras de Pedro refieren al Señor Jesús, como queda claramente expuesto en el versículo 3 del mismo capítulo.

Luego de un estudio de estos paralelos de ideas nos preguntamos: ¿podemos dudar de que La Roca del Nuevo Testamento es Jesucristo, el Mesías?

3. Paralelos de enseñanzas generales

En la Biblia encontramos grandes temas, importantes e interesantes. Podríamos mencionar la naturaleza de Dios, el cielo, los ángeles o el plan de la salvación como ejemplos. El estudio de estas enseñanzas generales no se realiza en un día o en una semana. Más bien se trata del continuo madurar del creyente gracias a su diaria relación con la Palabra de Dios.

Algún ejemplo de enseñanza general:

Dios se nos presenta en determinados textos bíblicos como omnipotente, presente en todas partes y conocedor de todas las cosas. Otras veces, sin embargo, se escribe de Dios como de alguien limitado en tiempo y espacio. Es natural entonces que nos preguntemos: ¿Es esta una contradicción en La Biblia?

La respuesta es que de ninguna manera se contradicen estas enseñanzas.

Los últimos pasajes mencionados, los que hablan de un Dios aparentemente limitado, están allí para que podamos de alguna forma captar la idea de un Dios personal, preocupado por la suerte de cada individuo en particular. Un Dios que "se parece" a nosotros.

Pero eso no desecha la otra parte de la enseñanza general: la que muestra a un Dios todopoderoso, como el soberano del universo, ubicado sobre cualquier limitación a la que podamos estar expuestos nosotros, los seres humanos.

No olvidemos que Dios - y su santa palabra - siempre se adecua a las posibilidades humanas, para que la mujer y el hombre puedan conocer y seguir su voluntad.

La primera regla de la Hermenéutica bíblica nos enseñó que siempre que es posible, debemos tomar las palabras en su sentido más común. Esto no significa que siempre debemos tomar esas palabras al pie de la letra, ya que muchas veces el lenguaje bíblico incluye las llamadas figuras retóricas. A continuación intentaremos presentar esas figuras, propias de la literatura, para que al encontrarlas y reconocerlas en el estudio de Las Escrituras, podamos llegar a una interpretación correcta del mensaje que nos brinda.

ES BUENO TENER EN CUENTA ESTA ADVERTENCIA:

Las figuras retóricas cumplen siempre la función de ilustrarnos las verdades espirituales a fin de que las podamos entender fácilmente y ser así confirmados en nuestra fe. Las figuras retóricas, por lo tanto, ¡NUNCA SIRVEN COMO FUNDAMENTO PARA UNA DOCTRINA BÍBLICA!

Antes de comenzar el estudio de cada figura en particular, simplemente deseo expresar que los nombres de las mismas pueden resultar - a veces - algo complicados. No olvide sin embargo que lo importante es reconocer el funcionamiento de la figura retórica, y no tanto el nombre que lleva. Preste el estudiante por ello mucha atención a los ejemplos que acompañan las definiciones.

1. LA METÁFORA

La metáfora tiene por base una semejanza que existe entre dos objetos. Esta es una de las figuras retóricas más comunes tanto en La Biblia como en la literatura en general. Por ello es que encontramos muchos ejemplos en las páginas bíblicas.

EJEMPLO:

En el Evangelio de Juan, el Señor Jesús dice "Yo soy la vid verdadera" (Jn 15:1). Si obviamos que aquí hay una metáfora, no nos queda otra cosa que una afirmación algo extraña y absurda de Cristo, quién al parecer dice ser una parra. Al conocer que aquí el Maestro hace uso de una metáfora, podemos a continuación rescatar cuál es la verdad espiritual que se nos quiere enseñar. Para eso podemos plantearnos las siguientes preguntas: ¿para qué sirve la vid? ¿qué función cumplen los pámpanos (vers 5) que a ella están unidos? La vid sirve para comunicar savia - y por ende vida - a los pámpanos, quienes a su vez llevan el fruto que se espera de la planta.

De la misma manera funcionan otras metáforas bíblicas tales como "Yo soy el pan vivo" (Jn 6:51); "Vosotros sois la luz del mundo" (Mat 5:14) y "Tu eres mi roca y fortaleza" (Sal 71:3).

2. LA SINÉCDOQUE

En ésta figura se utiliza la parte de algo para hablar del todo, o viceversa (el conjunto para referirse en realidad sólo a una parte del mismo).

EJEMPLO:

En el Evangelio de Lucas leemos que "... se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado" (Luc 2:1). Esto es una sinécdoque donde el todo se pone por la parte. El edicto promulgado no involucraba a todos los habitantes de la tierra, sino que solamente se incluían a quienes vivían en la zona gobernada por Augusto César - es decir el todo por la parte.

Otros ejemplos se pueden encontrar en Sal 16:9 y en 1 Cor 11:26.

3. LA METONIMIA

Para definir la metonimia, digamos que se pone la causa por el efecto.

EJEMPLO:

También en Lucas leemos cómo Jesús les dice a sus discípulos y a los fariseos que le escuchaban: "A Moisés y los profetas tiene: óiganlos" (Luc 16:29). En el época de Jesús, tanto Moisés como los profetas mencionados, ya habían fallecido desde hacía ya mucho tiempo. ¿Qué es lo que Jesús quiere decir entonces? El Maestro se refiere a que pueden recurrir a los escritos que tanto Moisés como los profetas han dejado: el Pentateuco y los libros proféticos. Es decir: estamos ante una metonimia ya que Jesús menciona la causa (las personas) refiriéndose en realidad al efecto (los libros escritos por dichas personas).

4. LA PROSOPOPEYA

Hemos dicho ya que las figuras retóricas que estamos estudiando no son propias únicamente de La Biblia, sino que las encontramos en toda clase de literatura. La prosopopeya es una de estas figuras que a menudo se utilizan en los libros para niños. A la prosopopeya también la podemos llamar personificación. Y de acuerdo a éste último nombre, la definición es que en la prosopopeya se personifican objetos dándoles cualidades propias de los seres humanos.

EJEMPLO:

En el Antiguo Testamento el profeta Isaías escribe: "Los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso" (Is 55:12). ¿Se imagina un cerro cantando o un olivo aplaudiendo? Por supuesto que no. Aquí no se trata de una situación real, sino de una prosopopeya. Se le dan a los montes y a los árboles cualidades propias de los seres humanos: cantar y aplaudir.

Si desea estudiar otro ejemplo, podrá encontrar uno en Salmos 85, versículos 10 y 11.

5. EL APÓSTROFE

Las características del apóstrofe son muy similares a las de la prosopopeya o personificación. La gran diferencia es que en el apóstrofe se le dan cualidades humanas a personas que no están presentes o que incluso ya han muerto.

EJEMPLO:

Veamos un ejemplo bien claro en La Biblia. David, al enterarse de la muerte de su hijo Absalón, exclama: "Hijo mío, Absalón, hijo mío ... quién me diera que muriera yo en tu lugar ..." (2 Sam 18:33). El rey David le está dando la cualidad humana de oír a una persona que ni estaba presente ni estaba en vida. Su hijo Absalón ya había muerto y por lo tanto estamos aquí ante la figura retórica apóstrofe.

Se encuentran otros ejemplos en Jueces 5:2 y en Matero 23:37.

6. LA IRONÍA

De las 20 figuras que estudiaremos, tal vez la ironía sea la más sencilla de entender, por la sencilla razón de que es una figura que nosotros utilizamos a menudo cuando hablamos. En la ironía decimos una cosa pero queremos en realidad decir lo contrario. Por ejemplo: tu podrías decir "¡Qué fáciles que son las figuras retóricas" cuando en realidad lo que quieres expresar es todo lo contrario - que el estudio de las mismas es algo difícil.

EJEMPLO:

En Las Escrituras también encontramos ironías. Pablo escribe sobre "... aquellos grandes apóstoles" (2 Cor 11:5) refiriéndose a quienes en Corinto enseñaban falsas doctrinas. Lo que el apóstol pretende con sus palabras, no es alabar la actitud y las enseñanzas de aquellos personajes, sino que muy por el contrario, pretende desacreditarlos. haciendo uso de una ironía.

En 1 Reyes 18:27 y en Job 12:2 podrás encontrar otros ejemplos de ironías.

7. LA PARADOJA

Esta figura retórica implica una afirmación contraria a la opinión común. Dicho en otras palabras: yo digo una cosa pero todos los demás afirman lo contrario.

EJEMPLO:

Uno de los ejemplos bíblicos más notables tiene como autor al propio Jesús. Al enseñarle a sus discípulos, el Maestro dijo; "... es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mat 19:24). Si estudiamos además el contexto en el cuál está inmerso el texto - el relato del joven rico - sacamos entonces una profunda enseñanza sobre la importancia que tenía - ¡y tiene! - el ser discípulo de Cristo y el predicar el Evangelio

Otros ejemplos de paradojas: mateo 18:3 y Lucas 14:26.

8. LA HIPÉRBOLE

Para dar una explicación algo simplificada, digamos que la hipérbole es una exageración, tanto hacia lo mucho como hacia lo poco.

EJEMPLO:

En el libro de Números podemos leer la descripción dad por los espías de Israel luego de su reconocimiento de la Tierra prometida. "También vimos allí gigantes ... y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas" (Núm 13:33). Si bien la diferencia de estatura entre los moradores de aquella tierra y los israelitas podía ser considerable, al decir que eran "como langostas" no es más que una exageración, en este caso hacia lo poco. Es decir: estamos ante una hipérbole.

Otros ejemplos se encuentran en Deuteronomio 1:28 y en Juan 21.25.

ES BUENO CONSIDERAR ESTA ADVERTENCIA:

Si bien decimos que la hipérbole es una exageración, recordemos que es sólo para poder entender más fácilmente la función de la figura retórica. La exageración como tal es una mentira (falta a la verdad, pretendiendo hacer creer a la persona que escucha algo que no es cierto) ... ¡y la mentira es pecado! Sin embargo, al utilizar una hipérbole, no tenemos la intención de engañar a nadie, sino simplemente la de hacer más accesible la comprensión de lo que deseamos explicar.

9. LA ALEGORÍA

En la alegoría encontramos una serie de metáforas unidas entre sí por un relato. Es muy sencillo descubrir la presencia de esta figura retórica ya que es imposible tomar dicho relato al pié de la letra. Debemos interpretar las metáforas para encontrar el significado correcto.

EJEMPLO:

En la Biblia no hay muchos ejemplos de esta figura retórica. Uno de ellos está presente en las palabras del propio Jesús, las cuáles podemos leer en el capítulo 6 de San Juan. Allí, a partir del versículo 51, el Maestro dice entre otras cosas: "Yo soy el pan vivo ... si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre ... el que come mi carne y bebe mi sangre ...". Todas estas son metáforas que Jesucristo menciona en un solo relato, logrando así una alegoría. Al buscar la interpretación correcta a cada una de las metáforas, podremos alcanzar el conocimiento de las verdades espirituales que Jesús pretende enseñar

10. LA FÁBULA

También en este caso estamos ante un relato. La diferencia con la figura anterior, es que la fábula es un conjunto de prosopopeyas o personificaciones enlazadas entre sí por un relato. Es común encontrar este tipo de expresiones en la literatura infantil - alcanza con recordar, por ejemplo, Caperucita Roja y el Lobo Feroz.

EJEMPLO:

En los textos bíblicos no es frecuente el uso de fábulas. Una de las pocas que existen se encuentra en 2 Reyes. Allí leemos: "El cardo que está en el Líbano envió a decir ... y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardo" (14:9). Aquí se le proporcionan al cardo las cualidades humanas de mandar y de ser agraviado. Es un relato con personificaciones que definen por eso una fábula.

11. EL ENIGMA

El enigma no es otra cosa que una adivinanza. En el caso de los enigmas bíblicos se cumple siempre una regla: la solución de esa adivinanza está en las propias páginas de La Biblia. Ya sea inmediatamente después del enigma o en algún otro sitio del libro bíblico que estamos leyendo. Pero siempre la solución correcta está en La Biblia, y por lo tanto, no hay lugar para interpretaciones basadas en fantasías personales.

EJEMPLO:

Sansón acostumbraba utilizar enigmas cuando les hablaba a los filisteos. Un ejemplo de esto se encuentra en Jueces 14:14 donde leemos: "Del devorador salió la comida, y del fuerte salió dulzura". La solución a esa adivinanza está unos versículos más adelante: "¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león?" (vers 18).

12. EL TIPO

En esta figura retórica encontramos hechos, personas u objetos que existen en el presente pero que además nos muestran algo semejante en el futuro (cuando decimos presente nos estamos refiriendo al tiempo en que fué redactado por el escritor bíblico). De las 20 figuras que estamos estudiando, esta quizás sea de las más importantes. Es utilizada con frecuencia en La Biblia y siempre ilustra verdades espirituales muy importantes, pilares dentro de las doctrinas del cristianismo. De ahí que sea importante su estudio.

EJEMPLOS:

Veamos primeramente cuatro ejemplos de la figura retórica tipo:

1. En Números 21:9 leemos acerca de la serpiente de bronce que levantó Moisés en el desierto. Este es un tipo, ya que apunta a lo que Cristo haría en el futuro por toda la humanidad al ser clavado en la cruz (Juan 3:14).

2. En el libro de Jonás encontramos la historia de aquel profeta. Leemos de cómo Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches (Jon 1:17). Este es también un tipo que apunta hacia Cristo y su tiempo en la tumba (Mat 12:40).

3. En el relato de la primer pascua del pueblo judío, encontramos la mención del animal a sacrificar, el cordero de la pascua - un animal sin defecto (Ex 12:5). Este es un tipo de Cristo como El Redentor (1 Cor 5:7)

4. Finalmente, en el Antiguo Testamento se habla del lugar santísimo del tabernáculo adonde nadie más que el Sumo sacerdote podía entrar una vez al año (Ex 26:33). Ese lugar es tipo del cielo, una realidad futura a la cuál todos tenemos acceso hoy mismo (Heb 10:19).

Ahora que hemos visto estos ejemplos, tengamos bien presentes las siguientes advertencias:

1. La figura retórica tipo solamente se puede encontrar en el Antiguo Testamento. ¡No hay tipos en el Nuevo Testamento! Lo que sí encontramos allí (y es más, tiene que estar allí) es el antitipo, o sea el cumplimiento de la figura retórica tipo.

2. La figura retórica tipo es siempre menor en importancia a su antitipo o cumplimiento.

3.  Un mismo tipo puede tener varios antitipos o cumplimientos. Por eso es necesario un cuidadoso estudio de estas figuras.

4. Debemos recordar que esta figura está en el texto bíblico solamente para ayudarnos a comprender una verdad espiritual, para ilustrar la enseñanza. ¡Nunca un tipo puede ser usado como base de una doctrina bíblica!

13. EL SÍMBOLO

Al usar un símbolo, lo que hacemos es representar alguna cosa o algún hecho utilizando otra cosa u otro hecho conocido. En Las Escrituras encontramos un lenguaje sumamente rico en símbolos y el estudio de los mismos es siempre pertinente.

EJEMPLOS:

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Águila - Representa el poder y la vida penetrante (Dt 32:11)

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Ancla - Representa la esperanza (Heb 6:19)

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Bosque - Símbolo de ciudad o reino (Is 10:18)

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Cedro - La fuerza y la perpetuidad (Sal 104:16)

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Esmeralda - Representa, al igual que el ancla, la esperanza

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Lepra - En La Biblia es símbolo de pecado asqueroso (Is 1:6)

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Lirio - Símbolo de hermosura y pureza

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Lluvia - La influencia divina (Stgo 5:7)

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Sangre - Símbolo de la vida (Gén 9:4)

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Zorra - Representa el engaño, la astucia (Luc 13:32)

14. LA PARÁBOLA

Una de las figuras retóricas más conocidas para los lectores de La Biblia, ya que Jesús acostumbraba enseñar a las multitudes mediante la utilización de parábolas. Podemos definir una parábola como un relato o cuento que trata de hechos naturales que han ocurrido o que podrían ocurrir. Esta es al mismo tiempo la gran diferencia con otros relatos que ya hemos visto (alegoría o fábula), los cuáles tratan de situaciones que no se pueden dar en la realidad.

EJEMPLO:

Tenemos muchos ejemplos en el Nuevo Testamento, de los cuáles podemos mencionar la parábola de la oveja perdida; el hijo pródigo o el fariseo y el publicano. En todos los casos se trata de relatos comunes a través de los cuales el Señor Jesús pretende inculcar verdades eternas y espirituales. Muchas veces la interpretación correcta de la parábola está en el mismo texto, dada por Jesús mismo.

15. EL SÍMIL

Esta figura retórica recibe su nombre de una palabra latina - similis - que significa semejante o parecido. Para definir el símil, digamos que se trata de una comparación entre dos cosas para resaltar una de ellas, donde siempre está presente una característica definida: la palabra "como". Esta palabra "como" puede estar tanto al comienzo de la frase como también en el medio de ella.

EJEMPLOS:

Isaías 55:9: "Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos ...". Los caminos de Dios y de los hombres son aquí comparados con el cielo y la tierra, donde guarda la misma relación de importancia.

Otro ejemplo, ahora de Jeremías 23:29: "¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová?". En este caso, donde la palabra "como" aparece en el medio de la frase, la comparación es evidente.

Otros ejemplos se encuentran en Salmos 103:11; en Isaías 1:18 y en Santiago 1:6 (en éste último caso la palabra como está sustituida por su sinónimo semejante).

16. LA INTERROGACIÓN

Al igual que cuando describimos la ironía, debemos afirmar que la interrogación es una de las figuras retóricas que nosotros utilizamos a diario en nuestro lenguaje común. La interrogación es una pregunta que tiene la peculiaridad de no necesitar respuesta, ya que la misma interrogación encierra una conclusión evidente. ¿Verdad que entendiste esta definición? Aquí estamos ante una interrogación. La pregunta ha sido formulada y la misma encierra lo que el autor de la misma considera es la única respuesta posible: Sí, claro que entendí.

EJEMPLOS:

También en Las Escrituras, por supuesto, encontramos la interrogación. En el libro del Génesis, 18:25, por ejemplo, Abraham pregunta: "El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?". De esta interrogación se desprende una respuesta evidente: ¡Por supuesto que sí!

Consulte otros ejemplos bíblicos: Lucas 22:48 y Hebreos 1:14.

17. LA ANTÍTESIS

En un diccionario encontramos la siguiente definición: La antítesis es una figura que consiste en contraponer una frase o palabra a otra de contraria significación. Esta figura es muy efectiva y su utilización es frecuente en La Biblia.

EJEMPLOS:

Uno de los muchos casos está en el libro de Deuteronomio. Allí leemos: "Mira, yo he puesto delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal" (30:15). Como en todos los casos de antítesis, quien escucha o lee la misma queda en la posibilidad - o responsabilidad si se quiere - de elegir.

El Señor Jesús también utilizó en ocasiones esta figura retórica. En Mateo, capítulo 7, encontramos un ejemplo: " ... porque ancha es la puerta, y espaciosos el camino que lleva a la perdición ... porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida ..." (vers. 13 y 14). Otra vez queda claro que los oyentes reciben la oportunidad de elegir entre dos posibilidades.

Estudie también en ejemplo en Romanos 6:23.

18. LA GRADACIÓN

También conocida como climax, la gradación implica una escala de significado ascendente o descendente. La función de esta figura es la de recalcar el desarrollo de la enseñanza en cuestión.

EJEMPLO:

Una de las grandes gradaciones más importantes de La Biblia la encontramos en Romanos 8. Allí, a partir del versículo 15 leemos: "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud ... sino que habéis recibido el espíritu de adopción ... somos hijos de Dios ... también herederos ... y coherederos con Cristo ..." (vers. 15 al 17). Paso a paso vamos viendo en esta gradación como nuestro propio ser ha pasado de la esclavitud a ser coherederos con el propio Jesús.

Otra impactante (por su contenido) ejemplo de gradación se encuentra en Filipenses 2:5 al 11.

19. EL PROVERBIO

En todas las culturas encontramos proverbios. ¿Quién no ha oído hablar de los proverbios chinos, los árabes o los proverbios hindúes? El proverbio es un dicho que contiene siempre una enseñanza cuyo fin es hacer de mi una mejor persona.

EJEMPLOS:

En La Biblia encontramos muchos ejemplos. Tan es así que tenemos todo un libro bíblico denominado de esta forma. También en el Nuevo Testamento hallamos ejemplos, generalmente relatados a la cultura hebrea. De allí que no siempre sea sencilla su correcta interpretación, y muchas veces debemos recurrir a algún tipo de diccionario bíblico, o volumen de historia, para poder descubrirla. Es bueno mencionar también, que para la correcta interpretación de un proverbio, es imprescindible aplicar la tercera regla de la hermenéutica bíblica: "Tomemos en cuenta el contexto".

Y aquí ahora algunos ejemplos en el Nuevo Testamento: "Médico, cúrate a ti mismo" (Luc 4:23). "No hay profeta sin honra sino en su propia tierra ..." (Mar 6:4)

ES BUENO TENER EN CUENTA UNA ADVERTENCIA:

Un proverbio no es lo mismo que un refrán popular, como por ejemplo "dos por tres llueve". Este refrán, si bien es conocido, no tiene por qué ser cierto - es más, ¡no lo es! - y además no comprende ninguna enseñanza de utilidad que haga de nosotros mejores individuos.

20. EL ACRÓSTICO

Seguramente el estudiante ha visto alguna vez la puesta en escena de un acróstico. Acostumbra suceder - en las iglesias - en las fiestas navideñas de la Escuela Dominical o de La Hora Feliz. Un grupo de niños se presentan con un cartel cada uno en sus manos donde ha sido pintada una letra. Las palabras que luego pronuncian comienzan con la letra que llevan en su propio cartel, y entre todos, logran conformar la palabra clave que puede ser Navidad o Jesús o alguna otra.

EJEMPLOS:

El acróstico es una figura retórica poco utilizada en la literatura bíblica. Es más: hasta donde hemos podido averiguarlo, hay solamente cinco acrósticos en toda La Biblia. Los mencionamos.

1. Salmo 119. Si lo observa en su Biblia, podrá notar que dicho salmo está dividido en 22 estrofas. Cada una de esas estrofas comienza con una de las letras del idioma hebreo (Alef, Bet, etc). Dado que esas letras no son las mismas que en el español, al traducir el texto del hebreo no tenemos ningún acróstico en nuestras Biblias en castellano.

2. Algo similar a lo anteriormente mencionado sucede en los últimos 22 versículos del capítulo 31 de libro de Proverbios (el llamado "Himno a la Mujer Virtuosa"). Allí, cada versículo comienza con una de las letras del alfabeto hebreo.

3. Lamentaciones 1. Un nuevo acróstico donde cada versículo comienza con una de las letras del alfabeto hebreo.

4. Lamentaciones 2. Un nuevo acróstico similar al anterior.

5. Lamentaciones 3. Uno más, con la diferencia de que en este, cada tres versículos se comienza con una letra del alfabeto hebreo. (Si bien los capítulos 4 y 5 también constan de 22 versículos cada uno, los mismos no son acrósticos en el idioma hebreo).

¿Qué es un hebraísmo? 

Es una expresión o juego de palabras propio del idioma hebreo. Dado que normalmente no estamos familiarizados con dicho lenguaje, se hace necesario tener algunas nociones básicas para descubrir los hebraísmos que surgen de la lectura y el estudio bíblico.

De los hebraísmos más utilizados en Las Escrituras se destacan:

1. Era costumbre de los hebreos llamar a una persona, hijo o hija de aquello que la caracterizaba en un modo especial. Por eso al leer "hijo de paz" (Luc 10:6) se refiere a una persona pacífica y bien dispuesta; al leer "hijos de desobediencia" (Ef 5:6) se está hablando de personas insubordinadas.

2. Muchas veces se usaba la negación para afirmar algo. "... no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió ..." (Juan 5:30).

3. Con frecuencia los hebreos usaban los nombres de los padres al referirse a sus descendientes. Vemos un ejemplo de ello: "Maldito sea Canaán" leemos en Génesis 9:25. Quienes aquí son malditos son los descendientes de Canaán.

Otro ejemplo se puede leer en Salmos 14:7.

Hay mucho más que podríamos incluir dentro de los hebraísmos (como ser la utilización específica de algunas cifras en el lenguaje hebreo - cuando el hebreo contaba personas, siempre contaba los varones - no incluyendo las mujeres y los niños), pero con lo anteriormente expresado es suficiente para comprender y reafirmar que La Biblia es un libro muchas veces difícil de interpretar.

Sin embargo, si se actúa de acuerdo a las cinco características básicas que vimos al comienzo; si se ponen en práctica las reglas de la Hermenéutica bíblica; si se tienen en cuenta las distintas figuras retóricas y también los hebraísmos que hemos estudiado, entonces todo creyente tiene las mejores posibilidades de encontrar "las maravillas de la ley de Dios".

 
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