Recursos Pastorales |
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Evangelismo en los hospitales por autor desconocido El evangelismo en los hospitales es uno de los más importantes, si no el más importante de los métodos de evangelismo, por las siguientes razones: 1. Hay más personas que pasan por los hospitales del mundo, por año, que por las iglesias. Durante su estadía en el hospital, las personas son, por lo general más receptivas al mensaje del Evangelio que cuando se encuentran saludables, seguras de si mismas y en situación próspera; son mas conscientes de su necesidad de un consolador y un salvador. 2. Nuestro Señor Jesucristo dedicó una gran parte de sus tres años y medio de ministerio público a los enfermos. "Seguidme", fue su mandamiento, "Así como el Padre me ha enviado a mí, yo os envío a vosotros". 3. Si bien en los países donde dominan ideologías o religiones tiranizantes se cierran las iglesias y se prohíbe la predicación, los hospitales raramente se cierran. Realizar evangelismo en los hospitales de manera competente no requiere de gran instrucción, pero sí son esenciales mucho amor y mansedumbre. El problema del sufrimiento ha causado alarma y dolor a la humanidad a través de los siglos: confronta a hombres y mujeres que no sólo se encuentran cara a cara con este misterio, sino que también experimentan sus incomodidades en forma tangible. Recuerde que la sombra de la muerte descansa sobre algunos de ellos y que el hospital bien puede ser la "última parada" antes de la eternidad. Según la Biblia, pasarán este periodo sin fin en el cielo o en el infierno. Tratar con ellos requiere de toda la compasión, preocupación y solicitud posibles. Pídale a Dios que le proporcione su propio amor por las personas perdidas. Trate de descubrir sus necesidades profundas, en especial las espirituales. Desarrolle el arte de establecer un buen contacto visual, vocal, táctil. Un paciente con cáncer terminal le preguntó, con nerviosismo, a un médico: "Por favor, dígame, ¿me voy a morir?" Con calma y con toda intención él respondió: ¿ Puede decirme de alguien que no vaya a morirse? Yo me encuentro bien y usted está enfermo: pero es posible que yo me muera antes que usted. La pregunta no es: ¿ Cuándo me voy a morir ? sino ¿ A dónde iré cuando me muera ? Esto proporcionó una oportunidad excelente para explicar el camino de la salvación y el sacrificio expiatorio de Cristo. SUGERENCIAS PRACTICAS Dado que el evangelismo en los hospitales es de tal importancia y sensibilidad que puede producir una cosecha tan abundante, resulta de primordial importancia que sea llevado a cabo de una manera eficaz. Las siguientes son algunas recomendaciones prácticas. Vaya en oración y con cautela. Las personas que va a visitar han sido debilitadas por la enfermedad y el dolor. En un mayor o menor grado se encuentran temerosas y ansiosas. Se requiere que sea, a la vez, un serio y alegre mensajero de esperanza. La suavidad de espíritu es lo que debe caracterizarlo. No vaya hasta que no haya orado con intensidad, sensibilidad y compasión. La predicación enérgica y convincente está fuera de lugar para esta ocasión. Todas las instituciones de salud, grandes o pequeñas, poseen ciertas reglas que las gobiernan. Póngase al tanto de las mismas y cúmplalas. No está en una iglesia o en un salón evangelístico, sino en un sitio muy diferente, cuya función apunta a proporcionar la sanidad física o mental de los pacientes. Las personas a cargo de los hospitales a veces se oponen con fuerza al evangelismo en sus instituciones. Tal vez en el pasado hayan tenido experiencias desafortunadas y desagradables con evangelistas poco sabios o demasiado vehementes; o pueden considerar su visita como una intrusión en las vidas y el tratamiento de aquellos bajo su cuidado. No obstante, como visita sabia, usted puede convertirse en un miembro valioso del equipo de salud que rodea al paciente. Siempre pida permiso para ver al paciente. Si su visita está fuera
de horario, no interrumpa la rutina de las salas. Los pacientes no
deben recibir visitas inmediatamente después de una operación o
durante las visitas del médico. Preséntese a la persona a cargo de la
sala (estación) y diga que tiene permiso del director (jefe,
supervisor). Pregúntele si sabe de pacientes que no tengan visitas y
dígale a quién piensa visitar. -A menos que ya el paciente lo conozca, preséntese y explíquele que
pertenece a cierta iglesia u organización, para que la persona se
sienta cómoda. El evangelismo en los hospitales puede ser llevado a cabo por
grupos de canto (reduzca el número a siete personas) de las iglesias.
Cuando esté permitido, podrían incluir un breve mensaje,
conversaciones personales con los pacientes y la distribución de
folletos adecuados. Los grupos de canto son especialmente bienvenidos
en la época de Navidad y Pascua. Simplemente enunciado, el mensaje del Evangelio es que todos somos pecadores y merecemos eterno castigo; pero Dios nos amó de tal manera que envió a su único Hijo para que cargara con nuestra culpa en la cruz del calvario. Aliente al paciente a pedir perdón por sus pecados y a creer que Dios lo otorga por medio de Cristo. Mantenga el mensaje simple y claro. Dé testimonio de lo que Dios ha hecho por usted personalmente; muestre que usted no es simplemente un cristiano profesional sino que ha experimentado aquello de lo que habla. Aprenda cuándo y cómo formular la pregunta más importante: "¿Le gustaría recibir a Jesús como su Salvador?" Ofrézcase a orar con ellos, en especial con los pacientes muy
graves, para ayudarles a verbalizar una oración con usted. "Hasta los
enfermos en estado inconsciente (comatosos) pueden ser llevados a
Cristo mediante la oración con ellos, aún cuando ellos mismos no
puedan responder de manera verbal", dice el Profesor Gerry Landry, ex-profesor
adjunto de Medicina Interna. Busque cualquier respuesta que puedan
darle: un movimiento de mano, de ojo, de cabeza. Utilice las
Escrituras tanto corno sea posible, ya que si bien la mente puede
estar en inactividad, el espíritu puede responder a la Palabra
(He.4.12). Los argumentos en contra del evangelismo en los hospitales son muchos y variados. Busque aliento, sin embargo; en el hecho de que el Señor mismo dispensaba libremente el mensaje del Evangelio mientras curaba las enfermedades físicas de hombres y mujeres. El caso del hombre paralítico que fue descendido a través de una abertura en el techo, en Capernaum, es un buen ejemplo. El Señor Jesús primero perdonó sus pecados y luego sanó su cuerpo. La oposición al evangelismo en los hospitales a menudo se basa en lo siguiente: 1. Que estamos aprovechándonos de la debilidad de una persona para obligarla a creer lo que no aceptaría completamente, si estuviera sana de mente y cuerpo. La respuesta a esto es que, en realidad, llevamos consuelo y un mensaje de esperanza, paz y amor que sólo puede tener un efecto positivo y sanador. La salvación otorga calma y gozo inmenso. Además hemos recibido la comisión de predicar el Evangelio a todas las criaturas. Dios a menudo usa una cama de enfermo para llamar la atención de una persona que se encamina, sin remedio, hacia una eternidad sin Cristo. Muchos se encuentran en el hospital por causa de una vida de pecado. Mire a cada paciente como alguien en quien el Señor está expresando un interés particular. Cuando llega una enfermedad, los que se encuentran apartados con frecuencia también se dan cuenta de que se han alejado del Señor. 2. Que ponemos nerviosos a los pacientes cuando les hablamos sobre
religión, ya que les da la impresión de que se van a morir. En
realidad mucha gente que sufre una enfermedad tiene un grave
sentimiento de culpa y se siente aliviada de poder hablar con alguien
que la puede ayudar. "Estaba yo postrado y me salvó" escribió el
salmista (Sal. 116.6). En realidad, no estamos llevando "religión" a
los pacientes, sino que les estamos hablando de Jesucristo, cuya
bondad y ayuda hacia los enfermos son reconocidas por cristianos y no
cristianos. Normalmente los pacientes tienen tiempo para leer, y un libro o folleto bien elegido, podría ser de gran valor para ellos. Recuerde que están en el hospital porque no están bien y en consecuencia no son capaces de poner toda su concentración en lo que están leyendo. Un libro "pesado", físicamente o en su contenido, no es la mejor
elección. Un libro en rústica o un tratado con letra grande y que
contenga un mensaje que dé alegría y luz al paciente seria lo más
aceptable. Algunos tratados y libros hechos para llamar la atención,
despertar y bendecir a un no cristiano cuando está bien, podrían
resultar perjudiciales cuando esté enfermo. Folletos impresos en
colores con porciones de las Escrituras, tales como los publicados por
las Sociedades Bíblicas, son adecuados para los pacientes. Estos se
pueden obtener en muchos idiomas. No mire el evangelismo en los hospitales como de valor secundario en su ministerio. El Nuevo Testamento registra varias entrevistas privadas, personales que el Señor Jesús y sus apóstoles mantuvieron con algunos individuos. Estos encuentros tuvieron resultados importantes y de largo alcance y han sido relatados para que recibamos aliento y luz. El amor de Dios por los enfermos es su garantía de que Él lo capacitará para alcanzarlos. ¡Que el Señor lo unja y lo use en este vital servicio! Fuente: http://www.evangeliza.com.ar/evangelismo/hospital.htm, Usado con permiso. |
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