Sermón sobre Santiago 3:1-12 ~ "La lengua es un fuego" ~ por John Abels con todos los derechos reservados.  

          En los estudios que hemos tenido en este libro, hemos puesto en énfasis en la obras y no en nuestras palabras. En los primeros dos capítulos, Santiago castiga a los que profesan su fe con los labios pero niegan su fe con sus vidas. Santiago hizo mención de la lengua en 1:19 y 1:26 cuando dijo que el hombre debe ser "tardo para hablar" y si "no refrena su lengua...engaña su corazón...(y su) religión es vana."

          Ahora en este pasaje, continua la enseñanza bíblica en cuanto al uso de la lengua. Estas enseñanzas de Santiago son tan importantes hoy como el día que fueron escritas. En las iglesias evangélicas, donde predican la sana doctrina, no se toleraría en un cristiano el cometer pecados tales como: el robo, o asesinato, adulterio, o la borrachera. Pero hay los que matan, con la lengua, la personalidad y carácter de un hermano en la fe. Alguien ha dicho que las mentes grandes discuten sobre ideas, las mentes normales discuten hechos, y las mentes pequeñas personalidades. Y hay, hasta creyentes evangélicos, en esta tercera categoría. Cuando todos ponemos en práctica las enseñanzas de estos primeros doce versículos muchos problemas desaparecen. Empecemos con no escuchar la próxima vez que alguien trate de hablar mal de otro creyente. No nos envolucremos con esta clase de plática porque nunca trae honra al nombre de Dios.

          V.1 LEE   Aquí Santiago advierte contra cualquiera que se quiere hacer maestro por razones egoístas, como desear una posición en la iglesia de prominencia, o el aplauso de otros. Los que tienen la responsabilidad de enseñar la Biblia, deben estar bien seguros de haber sido llamados por Dios. Para ser efectivo en esta tan alta vocación, el maestro debe estar dispuesto a pagar el precio de horas de estudio bajo la dirección del Espíritu Santo, el precio de tener un espíritu dócil, y el precio de poner en práctica en su propia vida todas las enseñanzas bíblicas. 1 Timoteo 3:2-6; 2 Timoteo 2:24 dice, "El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido."

          Pero Santiago no termina allí. El nos da la razón por la cual el maestro tiene que llegar a ese nivel. Se incluye a si mismo al usar el plural, "nosotros recibiremos mayor condenación." Al aparecer ante el trono de Cristo los maestros serán juzgados con más severidad que los demás. Serán juzgados a base de sus enseñanzas y lo que han dicho con sus lenguas.

          Pero, un sobre aviso, hermanos. No vayamos a decir, "Como yo no puedo cumplir los requisitos, no voy a enseñar." Cuando Dios llama a una persona, El siempre la capacita para responder a esa llamada. Dios nunca pide algo de nosotros sin proveer lo necesario para llevarlo a cabo.

          V.2 LEE   Cada uno de nosotros somos el amo o dueño de la palabra no expresada, pero una vez dicha, la palabra llega a ser el amo. Ningún ser nos puede hacer responsable por las palabras pensadas, pero al salir de nuestros labios nos pueden condenar. Todo el mundo tiene problemas con mantener la lengua bajo control. Santiago es honesto en incluirse a si mismo en la acusación. "Todos ofendamos muchas veces," que quiere decir que todos fallamos de muchas maneras. Puede ser en forma de bromas que no convienen a un cristiano, o palabras torpes que vienen con la ira. A veces se expresa en habladurías ociosos, en chismes, o en una mentira o una verdad a medias.

          Pedro negó al Señor, y no solo una vez sino tres veces con maldiciones y juramentos. O, hermano, no hay varón perfecto, pero aprendamos de otros para no caer en el mismo error.

          Todos los hijos de Dios tenemos problemas en cuanto a las palabras que salen de nuestros labios y el actitud del corazón cuando hablamos. Sin embargo, el verdadero signo de la madurez cristiana es la habilidad del cristiano de controlar su lengua.

          La palabra "perfecto" en este verso dos, significa perfección en el sentido de plenitud y madurez, y el que no ofende en palabra es maduro en las cosas espirituales y el creyente maduro es capaz de refrenar todo el cuerpo. Esta palabra "refrenar" se usa en el sentido de un jinete que refrena a su caballo. El sabe como y cuando debe frenar a su caballo. De igual manera un cristiano maduro sabe como controlar una conversación - cuando debe hablar y cuando debe escuchar. Sabe cuando debe informar y sabe cuando debe exhortar. Dios necesita cristianos maduros que saben lo que deben de decir para fortalecer y dar auxilio a los débiles en la fe.

          V.3 LEE   Después de dar instrucciones especiales a los maestros en v.1 y después de apuntar en el v.2 que el control de la lengua es un signo de madurez cristiana, Santiago explica el porque este miembro, tan pequeño, tiene tanto poder. El usa dos ejemplos, comunes a todo el mundo, tanto entonces como ahora. El primer ejemplo es el del freno en la boca del caballo. El freno es una pieza muy insignificante, en cuanto a su tamaño; sin embargo con su ayuda el jinete puede dominar al caballo. David dijo, "Guardaré mi boca con freno para no pecar con mi lengua." Salmo 30:1 Esa pequeña pieza de hierro, el freno, es tan importante que puede significar la vida o la muerte del jinete.

          V.4 LEE   El segundo ejemplo que usa Santiago es el del timón de un barco. El aparato que gobierna el barco consiste de la rueda, la caña, y el timón. El timón es una pieza pequeña en comparación al barco. Es de madera o de metal y va fijada a la parte trasera del barco. A pesar de la fuerza del agua, el piloto guía al barco con ese pequeño timón por donde el quiere.

          Lo que el freno es para el caballo y el timón es para el barco, así es la lengua en cuanto a la personalidad y el carácter del cristiano. Si nosotros permitimos que el Espíritu Santo utilice nuestra lengua como el experto jinete usa el freno, o el capitán del barco el timón, entonces nuestra vida se conformará completamente a la voluntad de Dios. Seremos siervos útiles y nuestro testimonio llevará fruto

          Vv.5,6 LEE   Salomón no dice en Proverbios 6;16 que hay siete cosas que Dios aborrece y una entre ellas es "la lengua mentirosa." Aquí, Santiago nos advierte contra la fuerza maligna de la lengua. Aunque es miembro pequeño, la lengua es uno de los más activos del cuerpo, y puede ser destructiva, engañosa, y peligrosa. Santiago usa una analogía aquí. Dice que cuando usamos la lengua sin ningún cuidado tiene el poder destructivo de una pequeña llama de fuego que hasta enciende un bosque. Aún el cristiano maduro y bien intencionado, si no tiene cuidado, ni piensa antes de hablar, puede destruir el carácter de otra persona y la obra del Señor.

          Vv.7,8 LEE   Muchos de ustedes han ido al circo. Han visto a un hombre o mujer trabajando con osos, tigres, leones y otros animales silvestres. El hombre ha podido domar a casi todas las criaturas vivientes - pero todavía no ha podido controlar completamente su propia lengua. En el momento que creemos tener la victoria, podemos caer y decir algo de lo que más tarde nos arrepentiremos.

          Sin embargo, hermanos, hay un punto muy interesante aquí. Santiago dice que el hombre no puede domesticar o controlar la lengua. Pero, lo que el hombre no puede hacer, Dios, sí puede. Si ponemos nuestra lengua, diariamente bajo el control del Espíritu Santo, podremos vencer.

          Vv.9,10 LEE   Cristo dijo, "De la abundancia del corazón habla la boca." Mateo 12:34 Por eso sabemos que si salen cosas buenas, es porque hay victoria pero si salen cosas malas, hay derrota. La lengua puede ser la cosa más hipócrita del mundo. En Romanos 10:9,10 leemos que confesamos con la boca que Jesús es el Señor y con la boca se confiesa para salvación. Con esta lengua damos testimonio de que Cristo es nuestro Salvador, pero a veces, salen cosas que maldicen a los hombres. En domingo va el hombre a la iglesia y canta las alabanzas de su Salvador, y el día siguiente alguien le hace una mala cara y le maldice.

          Uno de los usos más peligrosos de la lengua es la habladuría. El chisme puede hacer mucho daño, y una vez dicho, no se puede recobrar. Al principio de este estudio dije que somos el amo de la palabra no expresada, pero al decir algo, esa palabra llega a ser el amo - nosotros ya no lo podemos gobernar. Aunque el robo es malo, podemos volver a pagar el robo pero una mentira o un engaño lleva resultados para siempre.

          Vv.11,12 LEE   Aquí vemos tres ilustraciones para hacernos ver lo absurdo que es la hipocresía. De la misma fuente es imposible producir al mimo tiempo agua amarga y agua dulce. Es imposible que una higuera produzca aceitunas y es imposible que la vid produzca higos. De la misma manera es imposible que un creyente maduro pueda decir algo que daña la causa de Cristo. Hermanos, v.2 dice "Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo." Hermanos, este dominio sobre la lengua es una verdadera lucha. Satanás lo entiende y la usa para tentar a los cristianos. Para vencerle necesitamos: 1) utilizar toda la fuerza de voluntad posible. Salmo 30:1 "Guardaré mi boca con freno para no pecar con mi lengua." 2) orar diariamente pidiendo la ayuda divina para vencer. Juan 16:23 "De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará," dijo Cristo. 3) Someternos o entregarnos totalmente al control del Espíritu Santo. Y, en vez de tener una actitud de derrota por las fallas cometidas, necesitamos comprender que Cristo está dispuesto a perdonarnos el mal uso de la lengua. 1 Juan 1:9 LEE Hay que confesar y recibir el perdón.