Santiago 3   

   Sermones Expositivos - Rut, Efesios, Santiago, 1 Juan
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Sermón sobre Santiago 1:5-11 ~ "Si tiene falta de sabiduría, pídala" ~ por John Abels con todos los derechos reservados.   

          Hablando de la sabiduría, un poeta inglés dijo: "Lo que el mundo llama sabiduría es el sentido común aun grado no común." El diccionario Wébster nos da este significado: "la sabiduría es el conocimiento o la capacidad para poderlo usar; es la percepción de los mejores fines y de los mejores medios."

          Podemos describir la virtud de sabiduría con palabras tales como: rara, escasa, preciosa, e inestimable. Pero el significado en el verso 5 es esta: la capacidad del creyente de tomar decisiones como Dios las tomaría, o sea, un hombre sabio es aquel que resuelve sus problemas de la misma manera que Dios los resolvería.

          Por su puesto, en esta porción, Santiago está hablando del creyente y sus problemas con la sabiduría y la necesidad de ella cuando se enfrenta con los problemas, las pruebas, las tentaciones de la vida cristiana.

          Primeramente veremos la necesidad de tener sabiduría; y en seguida, la fuente de la sabiduría, y, por fin, la manera de obtener la sabiduría.

          I. La necesidad de la sabiduría. V.5 "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría..." Fijémonos un momento con la palabra "alguno" de este verso. En esa palabra está incluídos tanto los hombres y las mujeres bien educados como aquellos otros que no han tenido ningún tipo de disciplina intelectual. Incluye tanto a los ricos como a los pobres. Incluye tanto a los adultos como a los niños. Lo que vemos por esa palabra es que no hay nadie excluido. Todos necesitamos de la sabiduría, o sea, necesitamos poder resolver nuestros problemas tal como Dios los resolvería.

          Pero, tengamos cuidado con esta palabra. Hay una gran diferencia entre conocimiento y sabiduría. Gracias al tremendo énfasis sobre la educación formal, el hombre de hoy día sabe mucho más que sus antepasados. Pero, a pesar de este enorme aumento de conocimiento, el hombre, en general, está retrocediendo en la moralidad. Este desarrollo de conocimiento no ha sido ninguna ayuda en resolver los problemas morales de la humanidad.

          Bien ha dicho el teólogo "Spurgeon" cuando dijo; "La sabiduría es el uso correcto del conocimiento. Saber no es ser sabio." Muchos hombres tienen una gran cantidad de conocimientos y son, sin embargo, unos necios. Y, no hay necio que sea tan necio como el necio que cree saberlo todo. Tener sabiduría es saber como utilizar los conocimientos que ya poseemos.

          Yo se que todos anhelamos esta virtud. Así que, no hay porque dar más razones para demostrar la necesidad de ello.

          II. Pero, ¿De dónde viene la sabiduría? La respuesta es; Dios todo poderoso es la fuente de la sabiduría. Buscando esta fuente de sabiduría, Job dijo, "¿Dónde se hallará la sabiduría?" (Job 28:12) La respuesta de su pregunta se encuentra en los siguientes versos del capítulo. Dijo Job que no se encuentra entre los vivientes de la tierra. (v.13), ni en la profundidad del mar (v.14), no se puede comparar con oro o plata (v.15), ni se puede adquirir con las piedras preciosas (v.18), por fin, este patriarca dice en el verso 18, "He aquí el temor del Señor es la sabiduría." Es decir, la auténtica sabiduría tiene su origen en el Dios verdadero. Esta sabiduría emana de Dios, pero el hombre la puede conseguir. Piénselo bien, Dios ha puesto a nuestro alcance la sabiduría, o sea, la capacidad de resolver los problemas igual como Dios lo resolvería, y todos podemos llegar a ser sabios.

          Ya hemos visto la necesidad de la sabiduría, y la fuente de la sabiduría. Ahora,

          III. Vemos la manera de obtenerla. Santiago 1:5-8 LEE

          La auténtica sabiduría es accesible al hombre por medio de la oración. En estos versos, Santiago nos da dos requisitos que cumplir ante de que Dios responda a nuestras oraciones y nos de la sabiduría.

           En actualidad, el primer requisito, lo podremos deducir por muchos otros textos de la Biblia - es que para recibir la sabiduría de Dios por medio de la oración, hay que ser un hijo de Dios - un cristiano - alguien que ha aceptado a Cristo como su salvador personal. Esta carta fue dirigida a cristianos. Santiago pensaba y escribía a los creyentes.

          Pero, el segundo requisito es evidente el texto; hay que orar con fe. Varias cosas nos pueden suceder si no oramos con fe: podemos ser agitados por el viento de la adversidad y llevados de una opinión a otra; nuestra oración no será contestada; Santiago llama a tal persona de "doble ánimo" o "indeciso," y le considera "inconstante en todos sus caminos." "Doble ánimo" quiere decir un hombre de dos almas. Un alma cree mientras que la otra no. Es como tener una guerra civil dentro de si mismo. Una persona sin fe es indeciso porque, en realidad, no sabe lo que pide.

          En los versos 5-11, el Espíritu Santo, a través de los escritos de Santiago, nos da una seguridad positiva. Nos dice que cuando el cristiano ora con fe, pidiendo la sabiduría, esta le será dada con liberalidad. La palabra clave es la "fe". Hay dos manera para hacer cosas: por medio de la fe, y por las obras. En el último caso nosotros mismos, las hacemos, pero en el otro es Dios que hace las obras. Lo maravilloso de esto es que la fe no me pide lo que yo puedo hacer en la carne, sino lo que puede hacer Dios por medio de mi cuando estoy sometido a su voluntad. La fe nos santifica, nos limpia, nos aparta para hacer las obras de Dios. La fe nos da las respuestas a nuestras oraciones porque las peticiones ya no son las nuestras sino que son los deseos de Dios. Podemos decir que la fe es una fuerza práctica.

          Pero hay un principio importante de la fe. La fe debe ser absoluta y sin vacilación. No podemos tener media fe. Tiene que ser sin dudas, " porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es arrastrado por el viento y echada de una parte a otra."

          La incertidumbre destroza la fe. Hay que pedir con plena seguridad. La Biblia dice que Dios da a todos abundantemente, o sea, como es el orden natural. Es natural ver la contestación a nuestra oración. Pero, según verso 7, cuando no pedimos con fe, "no piense, pues, que recibirá cosa alguna del Señor."

          V.5 LEE Acuérdense del significado de la palabra sabiduría: la sabiduría es la virtud que capacita a un creyente para tomar decisiones como Dios las tomaría. Es decir, el cristiano sabio es aquel que resuelve sus problemas en la misma manera en que Dios los resolvería.

          Otro autor dijo, "la sabiduría es la cualidad que nos ayuda a encontrar el medio para llegar al fin deseado." (Simpson)

          No se trata de teorías y de ideas, sino que nos enseña la forma de vivir y nos hace posible cubrir todas las situaciones y apuros de la vida. Hermanos, Dios quiere que tengamos esa clase de sabiduría, y es la nuestra, si la pedimos con fe.

          También, Santiago nos dice que cuando oramos con fe, Dios no nos reprochará. V.5 dice, "la da a todos... sin echárselo en cara." Dios es nuestro Padre Celestial; el es perfecto. No es como un padre enfadado que dice a su hijo, "usa tu propio sentido común y arréglatelas tu solo," cuando su hijo le pide dos o tres veces seguidos que le ayude a hacer sus deberes. Al contrario, Dios quiere que sus hijos le pidan todo lo que necesitan.

          Si nos falta sabiduría, hermanos, pidámosla a Dios con fe, y Dios nos la concederá. El no nos echará en cara. Al contrario Dios nos la dará generosamente. Vv. 9-11 LEE

          Santiago reconocía que había distinciones económicas entre los miembros de esta iglesia. Así que el dirige el v. 9 a los pobre, y los vv. 10,11 a los que tenía los bienes de este mundo. Lo más importante de estos versos es que Santiago no considera tales diferencias económicas como un problema que la iglesia tenga que resolver. Su preocupación era que ambos, el rico y el pobre, pudieran coexistir juntos en harmonía dentro de la iglesia como resultado de su fe y amor en Cristo. El sabía que los dos grupos podían contribuir, en diferentes maneras, al programa del Salvador.

          La palabra "gloríese" no es una súplica, sino un mandato. Nuestra gloria está en Cristo. Cuando alguien acepta a Cristo por la fe, esa salvación no se comprueba con su cuenta bancaria ni con sus posesiones. Al contrario somos hechas nuevas criaturas en Cristo por la fe, y solamente por la fe un pobre, igual que un rico, llega a ser hijo de Dios en la misma manera - por la fe.

          Estos versos nos enseñan que la única cosa que cuenta a la hora de la muerte es una relación personal con Dios por medio de Jesucristo, y que todos podemos gozarnos en el hecho de que nuestra salvación depende en la fidelidad y poder de Dios y no en el nuestro.

 
Presentamos al Rvdo. John Abels y el sermón expositivo.

Presentamos al Rvdo. Gilberto Abels y su ministerio internet.

   

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