Efesios 11 |
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Sermón sobre Efesios 5:1-21 ~ "Andad en amor" ~ por John Abels con todos los derechos reservados. En el capítulo cinco de Efesios, Pablo sigue su detallada explicación acerca del comportamiento del cristiano. El creyente tiene una buena razón para apartarse de una vida de pecado: tal clase de vida surge de las tinieblas, mientras que él ya está en la luz. El cristiano ya no puede tomar parte con aquellos que siguen en las tinieblas del pecado, sino que tiene que rechazar su conducta. La conciencia del creyente está viva y alerta, y lo hace sentirse avergonzado hasta de lo que se hace en secreto. La semana pasada terminamos el estudio al decir que el mejor ejemplo que tenemos para que andemos en amor y en la luz de los mandatos de Dios es Cristo mismo. Dice en el v.2, "Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante." Y Pablo nos amonesta en el primer verso de ser imitador de Cristo - su ejemplo del amor. Ahora, en los vv. 3-14 vemos que tal amor santo nunca puede tolerar lo malo ni tener una mezcla de impureza. Pablo menciona pecados que se deben evitar en los vv. 3,4 y las razones por las cuales se deben evitar en los vv. 7-14. Los primeros tres pecados se encuentran en el v.3, "fornicación, inmundicia, y avaricia." Estos vicios inicuos deben estar tan lejos del cristiano que ni siquiera deben nombrarse; imploró Pablo que "ni aún se nombra entre vosotros." Es decir, que no debe haber ni lo más ligera sospecha de su presencia. Ni siquiera cabe discutir si estos pecados son permisibles, o no, al creyente. Estamos hablando aquí de cualquier forma de perversidad sexual; habla de la inmoralidad sexual; sea adentro de los confines del matrimonio o afuera, sea entre los casados o los no casados. Habla aquí de toda clase de impureza o indecencia sexual. Está prohibido, mis hermanos. El v.4 enumera otros tres pecados afines: "ni palabras deshonestas, ni necedades, ni burlas groseras." Estos, tampoco, se deben nombrarse entre los cristianos. "No convienen". No son apropiadas para los creyentes. Las tres palabras se refieren al lenguaje indecente, vergonzoso, y a relatos y cuentos sucios. Incluye las tonterías y palabrería ociosa. Es la conversación insensata. Hay algunos que bromean sobre cosas impuras, frívolas y groseras. Hay algunas cosas de las cuales los cristianos nunca deben hacer bromas - algunas porque son muy sagradas y otras porque son muy sucias. ¡Palabras torpes o sucias no le convienen al creyente! "Antes bien," el verdadero gozo del cristiano debe manifestarse en "acciones de gracia." En los vv. 5,6 Pablo nos da el porque debemos evitar estos pecados. La primera razón es el carácter del reino de Dios, y la otra es el hecho de la ira de Dios. El carácter del reino de Dios es tal que "ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios." Su vida da testimonio del hecho de que no conocen la gracia de Dios. Y tu, que te nombras cristiano, y estás practicando estos pecados a sabiendas, si tu conciencia no te condena, si tu conciencia no te incomoda, no puedes ser hijo de Dios, y no te espera el cielo ni la gloria de Dios. Pero, si estás actuando mal y si tu conciencia te condena, entonces es el Espíritu Santo, el quien mora en tu vida, quien te está redarguyendo. Ahora tu tienes que decir, con el hijo pródigo, "Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros." Lucas 15:18,19 Juan nos dijo en 1 Juan 1:9, "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.." Dios estás dispuesto a perdonar, pero el demanda de cada hijo suyo, una transformación de vida. La segunda razón para evitar los pecados es el hecho de la ira de Dios. (V.6) "Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia." Pablo nos advierte a no permitir que nadie, quien quiera que sea, nos desvíe y engañe. "Con palabras vanas," o sea, palabras vacías. Tal clase de palabras pueden conducir a una tragedia espiritual. Es por causa de estos pecados que viene "la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia." Por eso Pablo dice en el v.7, "No tengan ustedes, pues, ninguna parte con ellos." Y no solamente con los pecados, sino también con las personas que los promueven. Si no queremos traer sobre nosotros la ira y el castigo de Dios, entonces no debemos participar en los pecados mencionados. V.8 "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz." Antes de nuestra conversión, la ignorancia, y el pecado, habían penetrado de tal modo que no solamente estábamos en tinieblas, sino que éramos la encarnación misma de las tinieblas. La persona sin Cristo personifica el reino de las tinieblas. Ahora, como resultado de la redención de Cristo, no solamente estamos "en la luz," sino que por medio de nuestra unión vital con Cristo nosotros mismos nos caracterizamos como luz. El cristiano comparte la vida de Cristo, Su naturaleza, y Su carácter. El creyente ahora es la luz del mundo porque Cristo vive en él. Se hace resaltar el significado del verso en sus contrastes, "en otro tiempo" y "ahora", "tinieblas" y "luz". El énfasis está en la palabra "erais." Tales cosas ya no están en armonía com el carácter del hijo de Dios. Ahora tenemos que andar como hijos de Dios. También, como resultado de este cambio, el creyente debe producir fruto. Vv. 9,10, "(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor." En vez de una conducta según los vicios de los paganos, la vida cristiana se manifiesta con bondad, una vida de rectitud, y con verdad. Hay que aprender lo que agrada al Señor. Otra responsabilidad del creyente es reprender "las obras infructuosas de las tinieblas." V.11 Reprender las obras significa exponerlas. No basta solamente en apartarse y no participar en ellas. La luz debe resplandecer en las tinieblas y ser una condenación constante para ellas. Pablo termina esta porción con la declaración en el v.14, "Despiértate, tu que duermes...y te alumbrará Cristo." El punto es claro: necesitamos estar espiritualmente alertos y activos, siempre confiando en Cristo y El nos dará todo lo que necesitamos para andar en pureza. Nos ayudará a triunfar. En los vv. 15-17 Pablo exhorta a los creyentes a vivir como sabios. V.15 dice, "Mirar, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios." Un andar diligente y exacto es un andar sabio, y andar sabiamente significa, "aprovechando bien el tiempo," (v.16) o aprovechando bien la oportunidad que Dios nos da. La razón se ve en las palabras, "porque los días son malos." Las condiciones desfavorables para el cristiano, las pruebas y las luchas, nunca deben tomarse como un pretexto para descansar, sino como un incentivo para ser más diligente. V.17, "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor." Nosotros nunca debemos considerar, principalmente, lo que es más provechoso, o más deleitoso, o lo que dará la mayor ventaja o el mayor honor. Nuestra preocupación mayor es discernir lo que Dios quiere que seamos y que hagamos. Los vv. 18-21 se tratan en el ser llenos del Espíritu Santo. V.18 "sed llenos del Espíritu." Este es el único mandato que el creyente tiene en cuanto al Espíritu Santo. Los otros ministerios del Espíritu Santo se llevan acabo en la persona al recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador. La Biblia nunca manda a los creyentes que sean bautizados con el Espíritu o que sean moradas del Espíritu. Estas dos acciones se llevan acabo en la vida del creyente automáticamente cuando confía en Cristo para la salvación. En realidad, el pecador es regenerado por medio del poder del Espíritu Santo y en Efesios 4:30 se nos dice que somos sellados por el Espíritu Santo. En el texto griego, el idioma en el cual el Nuevo Testamento fue escrito, "sed llenos del Espíritu," significa "dejad que el Espíritu Santo os llene." Ser lleno del Espíritu es poseer tanto del Espíritu como uno puede contener; es estar saturado por su presencia y su poder y ser puesto bajo su control. Encontramos a varios cristianos siendo "llenos con el Espíritu" en más de una ocasión en el libro de los Hechos. (2:4) "y fueron todos llenos del Espíritu Santo." (4:31) "y todos fueron llenos del Espíritu Santo." No debemos imaginarnos alguna clase de entrada física. Este lenguaje representa el gobierno de la persona por el Espíritu Santo. Muchos teólogos están de acuerdo que el lenguaje combina las ideas de una "plenitud que viene por medio del Espíritu" y de una "plenitud que consiste en ser lleno del Espíritu." Encontramos una analogía en este verso 18, el emborracharse con vino y ser llenos del Espíritu. En ambos casos el individuo está bajo el control, o gobierno de una influencia ajena. El licor gobierna al borracho para malos propósitos, y el Espíritu gobierna, o controla, al cristiano para que haga la voluntad de Dios. El teólogo, Dr. Ironside, ve un paralelo que sugiere el significado de ser llenos del Espíritu en Colosenses 3:16 donde dice, "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales." En Efesios 5 :19 los resultados de ser llenos por el Espíritu Santo se expresan como "hablando con salmos e himnos, y cánticos espirituales." En Colosenses se nos dice que habrán los mismos resultados cuando "la palabra de Cristo habita ricamente en los creyentes." El Dr. Ironside indica que en algún sentido, la palabra de Cristo y del Espíritu son iguales. Por lo tanto, si se quiere ser lleno con el Espíritu, no se debe permitir nada en la vida que sea contrario a la Escritura. Una cosa si sabemos, la embriaguez conduce a la ruina, pero la plenitud que produce el Espíritu de Dios resulta en gozo, (v.19) en gratitud, (v.20) y en sumisión mutua (v.21). Estas son las cualidades que caracterizan la vida llena del Espíritu. Vv. 19-21, "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios." Pablo expresa casi el mismo pensamiento en cuanto a la sumisión mutua en Romanos 12:10, "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros." Esta es una actitud que tiene su base en el ejemplo de Cristo (Filipenses 2:6,7) el cual, "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo." Juan 1:14 dice que Cristo "fue hecho carne, y habitó entre nosotros." El vino "a buscar y a salvar lo que se había perdido." Lucas 19:10 Se llama Jesús, que significa Salvador. ¿Es Cristo tu salvador? Nadie ha demostrado mayor amor que él para rescatarte y darte la justicia de Dios. ¿Porqué no le recibes hoy? |
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