Efesios 10   

   Sermones Expositivos - Rut, Efesios, Santiago, 1 Juan
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Sermón sobre Efesios 4:17-32 ~ "Despojaos, renovaos y vestíos" ~ por John Abels con todos los derechos reservados. 

          El escritor de la carta a los Efesios tiene un doble deseo: (Capítulos 1-3) que el cristiano tenga un conocimiento pleno de lo que Dios, en Cristo está haciendo. Pablo quiere que el cristiano entienda los grandes designios de Dios. En los capítulos 4-6 el deseo de Pablo es: que el comportamiento del cristiano esté de acuerdo con esa obra de gracia.

          Ya hemos estudiado los primeros 16 versículos del capítulo 4. Esa porción trataba específicamente con nuestras relaciones dentro del cuerpo de Cristo; el tema era "la unidad" y comenzando con el v.17, trata con los deberes del creyente, no solamente hacia nuestros hermanos en Cristo, sino más específicamente con el mundo que nos rodea.

          El uso en el v.17 de las palabras "pues" y "andéis" nos recuerda de las mismas palabras en el v.1. Allí Pablo dijo "ruego que andéis como es digno." Aquí el dice: "Digo...que ya no andéis como los otros gentiles." Primero habló en lo positivo; ahora Pablo nos muestra algunas prohibiciones divinas que son las negativas de la palabra de Dios. El apóstol exhorta al Cristiano a que se aparte del estilo de vida pagano que lo rodea. Les dijo a los efesios que deberían renunciar la vida y las costumbres malvados de sus vecinos paganos y que deberían andar conforme su nueva relación con Cristo y el cuerpo de Cristo, o sea, la iglesia.

          En esta porción Pablo enumera algunos de los aspectos sobresalientes de la vida pagana: vanidad, tinieblas, alejamiento, ignorancia, dureza de corazón, pérdida de sensibilidad, lascivia, impureza y avidez. Es un cuadro repulsivo y repugnante.

          Primero habla de "la vanagloria de su mente" y de su "entendimiento entenebrecido." La vanidad sugiere vacío, futilidad, y falta de propósito. No es que la mente está vacía, sino que está llena de cosas que conducen a una vida sin metas ni propósitos.

          Tener "el entendimiento entenebrecido" significa estar sin discernimiento de los valores morales; es ser incapaz de distinguir entre lo bueno y lo malo. Así como las rodillas callosas del camello son insensibles al dolor, también la consciencia del pecado ha perdido toda sensibilidad ante las cosas morales y espirituales. V.18 "ajenos de la vida de Dios" significa estar separados de Dios y atrapados en las garras de la muerte espiritual. Es el cuadro de cada persona sin Cristo, algo que heredó el hombre de su primer padre, Adán, La causa de este alejamiento es doble: "la ignorancia que en ellos hay" y "por la dureza de su corazón." La "dureza" se refiere a la insensibilidad a las cosas espirituales.

          Dice en el v.19 "después de que perdieron toda sensibilidad," y significa "dejar de sentir dolor" y luego "dejar de preocuparse." En este pasaje describe un desenfreno completo y la persona ya no siente los reproches de la consciencia.

          Y, desprovisto de escrúpulos, los no creyentes - los paganos - "se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza." V.19 Aquel que describe como lascivo ya no se preocupa de esconder su pecado; no le importa quien vea su vergüenza; solamente quiere satisfacer sus deseos carnales. La palabra "impureza" indica suciedad moral y la palabra "avidez" significa "tener más." Este es el espíritu del hombre que no le importa a quien daña ni que método usa, con tal de conseguir lo que desea.

          Pablo dice a los cristianos efesios, y la aplicación es para nosotros. "Esto pues, digo y requiero en el Señor; que ya no anden" en esta manera.

          Dice en el v.20. "Ustedes, no aprendieron así de Cristo. El apóstol afirma que la doctrina cristiana condena los caminos de maldad practicados por los pecadores en Éfeso. Jesús exige de nosotros sus seguidores una conducta moral digna de un hijo de Dios. Sus normas son más estrictas aún que las normas de la ley mosaica. La gracia de Dios nos da libertad, pero no nos da libertinaje para quebrantar las leyes morales.

          Aquí Pablo declara que los que han oído la verdad tal como Cristo la enseñó, saben esto, vv 20,21 "Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por el enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús."

          Ahora en los vv. 22-24 hay tres palabras muy importantes y nos dan un plan para vivir una vida de victoria y santidad. Son: "despojáos" v.22, "renovaos" v.23, y "vestíos." v.24

         1. Parte de la verdad que está en Jesús es "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre." Dice "desháganse de su naturaleza vieja que está corrompida y engañada por sus malos deseos." El único remedio es renunciarla completamente, clavarla a la cruz y reemplazarla con el "nuevo hombre." v.24

         2. V.23 "renovaos en el espíritu." Nosotros debemos ser renovados en nuestro espíritu y mente. La verdad es que en Jesús los creyentes se renuevan continuamente en su disposición. Esto es en contraste a la vanagloria de mente que caracteriza al incrédulo. La idea aquí es de un crecimiento continuo en la gracia y el conocimiento del Señor.

         3. V.24 "Vestíos del nuevo hombre" Dice Pablo: "Hay que revestirse de la naturaleza nueva, que está hecha según la voluntad de Dios." Esta declaración está en contraste, o es la contraparte positiva de la parte negativa en el v.22. El viejo hombre se desvistió, el nuevo hombre "se viste." Los dos actos son inseparables.

          El nuevo hombre es la nueva naturaleza que ha sido creada "según (o sea, a la semejanza de) Dios," y se debe demostrar en una vida verdaderamente recta y pura.

          Ahora, con los vv. 25-32 Pablo nos señala las virtudes que vienen al someternos al nuevo hombre. V. 25 "Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros."

          La frase, "por lo cual" muestra que las instrucciones detalladas que siguen se originan en los principios expuestos en los vv. 20-24. Después de haber dado instrucciones generales en cuanto a despojarse del hombre viejo para revestirse del nuevo, Pablo nos da su enseñanza de temas, o cuestiones, más específicas. La nueva naturaleza, impartida en la conversión, debe cultivarse; la vieja naturaleza debe someterse.

          En los vv. 25-32 se mencionan cinco clases de pecados; en contraste se ponen las virtudes correspondientes, las que se consideran como las vestiduras que deben adornar al nuevo hombre, o sea, el cristiano.

          Primero, hay que desechar la "mentira" y hay que cultivar la "verdad." La "mentira" - palabra que incluye toda clase de engaño - es una de las características mayores del viejo hombre, o sea, el incrédulo. Es un vicio pagano. Por todas partes vemos falta de honradez en las relaciones personales, prácticas sin escrúpulos en los negocios, corrupción e engaño.

          Pero, nunca se debe encontrar en la vida del creyente. En vez de mentir, el cristiano debe hablar la "verdad con su prójimo." Y la razón es, porque "somos miembros los unos de los otros." Principalmente la enseñanza se refiere a nuestra relación y comportamiento dentro del cuerpo de Cristo, pero según otros textos, debemos decir la verdad a todo hombre.

          En segundo lugar, hay que dominar el enojo pecaminoso. Vv. 26,27 "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo." Hermanos, hay lugar para cierta clase de enojo, o sea, la justa indignación, en la vida de un creyente. Un ejemplo de esto se encuentra en Marcos 3:1-5 cuando nuestro Señor miró alrededor con enojo por la actitud de los fariseos en cuanto a hacer el bien. Ellos trataron de entraparle, pero Cristo hizo el bien y sanó al hombre que tenía la mano seca.

          El verbo "airar" en Efesios 4:26 significa que la persona puede airar, o enojarse, pero este permiso, respecto al enojo, está limitado por otras dos declaraciones. 1. Hay que vigilar, cuidadosamente, para que nos se convierta en pecado, y 2. Al enojo nunca hay que guardarlo de un día a otro.

          El enojo que no se quita luego, pronto echa raíces en el corazón. Mantenerse enojado de un día para otro es en realidad una actividad pecaminosa. Las personas casadas deben tomar nota especial de esto.

          Un tercer vicio que no debe tener lugar en la vida del cristiano es el hurto o robo. V.28 "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje..." Pablo tiene en mente a la persona que era ladrona antes de su conversión y que puede estar en peligro de volver a sus antiguas sendas. En vez de esto, esa persona debe ocuparse en un trabajo honrado, no solamente para satisfacer sus propias necesidades, sino que también para compartir con los más necesitados que él. "Haciendo sus manos lo que es bueno, para que tenga que compartir con él que padece necesidades."

          El cuarto vicio mencionado aquí es la "palabra corrompida." v.29 Puede entenderse como un dicho obsceno o la conversación ociosa o chisme. Tal lenguaje es impropio y el cristiano lo debe abandonar por completo. Hay que esforzarnos por usar un lenguaje que edifique y que traiga bendición a los oyentes.

         El verso 30 debe tomarse en la más estrecha relación posible con lo que acabamos de estudiar. V.30 "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención."

          El punto es que la mentira, el resentimiento, el robo y el uso del lenguaje sucio y no edificante de parte del cristiano, contriste al Espíritu Santo. Esto explica la falta de felicidad y la desdicha, de muchos creyentes, porque al haber permitido estas prácticas en sus vidas, han perdido el gozo, la paz y la bendición que una vez conocieron y experimentaron.

          El Espíritu Santo nos ha "sellado para el día de la redención."

          El pensamiento es que el Espíritu Santo nos ha puesto una marca con la que nos identifica como suyos.

          La última clase de pecados, enumerado en el v.31, tiene que ver con el mal genio. "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia."

          Ninguna de ellas es digna de alguien que se quiera parecer a Cristo. La "amargura" describe al espíritu agrio y resentido de una persona que no quiere perdonar y que rehúsa reconciliarse. El "enojo" es un repentino arranque de pasión o furia. La "ira" se refiere, aquí , a sentimientos de rencor mantenidos y alimentados por un deseo de vengarse. A continuación, habla de la "gritería", como cuando hay un pleito o discusión, quizá entre los miembros de la familia.

          Pablo va más allá todavía, y prohíbe el uso de "maledicencia", lenguaje abusivo, denigración, o lenguaje dañino de parte del cristiano.

          Esta conducta sórdida debe ser reemplazada por una conducta que brote de un corazón bondadoso y tierno.

          V.32 "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo."

          Debemos, en vez de guardar resentimiento, perdonar, tal como Dios nos perdonó por medio de Cristo Jesús. El amor está en el centro de todas las formas de conducta que son aceptables para los cristianos. Jesús fue quién mejor ilustró, gráficamente, esta verdad, cuando se dio a si mismo como el cordero ofrecido en sacrificio por los pecados del mundo. En el altar del calvario, aquel sacrificio se convirtió en aroma fragante para Dios e hizo posible la redención nuestra. V.5:2 "Cristo nos amó, y se entregó a si mismo por nosotros ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante."

          Pablo nos dice en Romanos 5:8 "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

 
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